Laureles en la cuesta de las arremangadas

Parece raro otorgar el mismo premio a desahuciadores y desahuciados

La Diputación Provincial entregó el miércoles sus distinciones anuales. Son premios prestigiosos, aunque sus nombres bien se podrían mejorar. Por ejemplo, el premio Granada Coronada suena a cosa rancia, a procesión y misa episcopal. Seguro que la Mesa por el Clima, merecidamente reconocida este año, habría preferido recibir una corona de laurel, como los corredores griegos de fondo, y que el premio se llamara Laurel de las Tablas, como la calle.

A las mujeres laureadas -las kellys, Marina Heredia, Maylo Sánchez- les habría cuadrado más un premio con el nombre de otra calle granadina: Cuesta de las Arremangadas. Porque todas ellas se han arremangado, y mucho, para luchar por lo suyo y lo de otras, y porque las mujeres tienen que subir cuestas más empinadas que las que suben incluso los hombres que más se esfuerzan. Marina no ha parado de desplegar su arte desde que se estrenó como cantaora en un escenario con solo doce años; Maylo, mecánica de trenes, consiguió tras mucho batallar que la empresa le proporcionara el primer mono adaptado a la silueta de una mujer embarazada y lleva toda la vida luchando por los derechos de otras mujeres; las kellys han sacado fuerzas, después de jornadas de trabajo extenuantes, para organizarse y reclamar condiciones y salario dignos.

El año pasado, la Diputación Provincial concedió su Medalla de Oro a Stop Desahucios, una asociación que defiende el derecho a la vivienda de familias en peligro de perder la suya. Esta asociación se ha manifestado muchas veces frente a la Caja Rural de Granada, que ha recibido la misma medalla este año. Los portavoces de Stop Desahucios afirman que Caja Rural ha sido la entidad bancaria más inflexible con la que se han encontrado y la única en Granada que se ha negado a crear una mesa de negociación.

Parece raro otorgar el mismo premio a desahuciadores y desahuciados. Desde luego, a la gente de Stop Desahucios no le ha hecho ninguna gracia y se manifestó el miércoles delante del Palacio de Congresos mientras se entregaban los premios. La Diputación habrá querido poner una vela a Dios y otra al diablo; pero los premios sirven para enviar mensajes a la sociedad y si los mensajes son contradictorios los premios pierden su prestigio y su sentido. Estimada Diputación: en vez de premios para contentar a todos, más laureles para quienes de verdad se arremangan en Granada.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios