Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

coleraquiles@gmail.com

Liberal Cayetanismo

Los varones del PP tienen problemas con mujeres importantes de su formación. ¿Temen ser defenestrados?

Un verano frecuenté con la mujer que acompañó mis días un restaurante de Campo dei Fiori, una plaza de Roma. A ella no le gustaba el tomate. Ni siquiera con la pasta. Mario, el dueño del establecimiento, un señor corpulento y guapo, nada más vernos aparecer por la estatua de Giordano Bruno -el dominico quemado vivo en la hoguera, en 1600, acusado por la Inquisición de herejía-, gritaba con su vozarrón, para que se enterase toda la plaza: "Alla donna non le piace el pomodoro". Tremenda herejía en Italia. Pero nos atendía profesionalmente. Viendo cómo se les rebelan a los varones del PP ciertas mujeres del partido, estoy por gritar, como Mario: "A los hombres del PP no les gustan sus compañeras de partido". Pienso en Aguirre, en Álvarez de Toledo, en Cifuentes, en Ayuso. Cayetana, en un reciente libro, detalla sin tapujos las causas de la celera de los varones del PP. Debí estudiar psicología porque me gusta mucho hurgar en el interior de las conciencias. Pero en los 60 era una carrera poco conocida, sin la importancia que tiene ahora, en que cualquier incomodidad nos lleva a la consulta de un 'concienciólogo', para que por 50 euros semanales nos arregle la vida. Si para entonces se hubiera inventado el 'animómetro' -una especie de rayos X del alma-, me hubiera cambiadode facultad. Poco falta para que la neurociencia haga inútiles los interrogatorios policiales, los confesionarios, los psicólogos y los libros de memorias prematuras como el de Cayetana. Bastará con una radiografía psíquica, recetada por el médico. Pronto, columnistas de interiores, como el que esto escribe, que con solo leer unas páginas de un libro creemos saber todo sobre un personaje, habremos desaparecido. Con una simple analítica se sabrá entonces si Cayetana, esta política liberal defenestrada por Casado, piensa realmente que Aznar es un 'chulo' (sic), y que ella, en la chulería, se parece mucho al expresidente: ¿Sueña con que su aplazada ambición de poder se vea satisfecha pronto? En espera de un diagnóstico más fundamentado, estas palabras de su libro me resultan preocupantes: "Después de la crisis vendrá la reconstrucción, el resurgimiento. La pregunta, todavía, es, ¿quién pondrá orden?". Y mi pregunta es: ¿Necesitamos los españoles una mano de hierro -¿la suya?-, que, con delicado guante liberal, nos meta en vereda? ¡Orden! ¡Coño!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios