Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Libertad de género

Con una educación religiosa, comprendo que se dé solución a un problema que existe, aunque a mí no me afecte

El Ministerio de Igualdad, del que es titular Irene Montero, la compañera del vicepresidente Iglesias, tiene preparado un proyecto de ley que permite el cambio de sexo con el que están registradas las personas cuando nacieron, si es que así lo desean. Para ello, no necesitan de informes médicos o psicológicos en los que se digan que esta persona fue diagnosticada de "disfonía de género", que es cuando la persona se siente disconforme y afligida con el género con el que nació. Tampoco necesitan haber sido tratadas hormonalmente durante dos años para acomodar sus características físicas al sexo que pretende y tampoco haberse sometido a la cirugía correspondiente. En la ley se prevé que incluso los menores pueden solicitar su cambio de sexo, sin consentimiento de sus padres o tutores. Por tanto, en este proyecto de ley se instaura la autodeterminación de género, o sea, el derecho a la libre determinación de su género, porque -dice- todas las personas tienen derecho al reconocimiento de su identidad sexual, según se explica en el preámbulo.

Dice la información, que ha aparecido en el periódico El Mundo, que ya hay 8 leyes de las CCAA (incluida la de la Comunidad de Madrid, de la época en la que era presidenta Cristina Cifuentes) que reconocen este derecho a la identidad de género, libremente manifestada y sin necesidad de someterse a tratamiento hormonal ni aportar ningún informe médico. Para los menores de 18 años, el Tribunal Constitucional ha autorizado el cambio de sexo para aquellos que tengan suficiente madurez, y en el proyecto de ley que ahora comento se prevé que ante la oposición de los padres al deseo de sus hijos de cambiar de sexo y para los menores de 16 años se les nombre un defensor judicial. Estas medidas son aplicables a los extranjeros con residencia estable en España y el conjunto de ellas se consideran progresistas y necesarias. (Cuando escribo no ha terminado el escrutinio de las elecciones en EEUU, pero nuestra bolsa de valores cotizables aprovecha para bajar más que el resto de las europeas.)

Escribo en la sección de artículos de opinión y debo dar la mía. Con más de 85 años y con una educación religiosa y conservadora, comprendo que se dé solución a un problema que existe, aunque a mí no me afecte.

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