En la calle San Antón se encuentra una librería muy pequeña llamada Flash. En este establecimiento trabaja Inma Lupiáñez, una joven que lleva rodeada de libros desde hace 12 años. "La librería Flash es originariamente de mi tío pero como siempre me han gustado los libros le pregunté que si podía trabajar aquí", comenta entusiasmada.

Pero esta librería es distinta a otros establecimientos de este tipo. En ella se venden desde cómics a libros de aventuras, intriga o incluso de miedo. También se pueden encontrar algunos muñecos de los dibujos manga más conocidos.

Inma pasa ocho horas, de lunes a sábado, atendiendo al público. "Los clientes que vienen a la tienda siempre son los mismos, ya sé qué le gusta a cada uno de los clientes y qué es lo que están buscando" asegura. Pero ella también pasa incontables horas delante de los libros.

Todos estos años en la librería Flash han pasado muy rápido para esta joven, por lo que ya puede contar algunas anécdotas. "Lo más habitual es que los niños al ver el escaparate muy colorido, con muñecos, se crean que es una tienda de chucherías y entren a preguntarme si tengo golosinas" explica entre risas Inma. Al mal tiempo buena cara, pues a pesar de que la crisis está afectando a casi todos los negocios granadinos, esta librería siempre se encuentra llena de gente. "Suele venir mucha gente ya que la lectura es una forma de vivir que yo comparto con todos mis clientes y más esta clase de libros que te meten en las vidas de sus personajes".