Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Llega la AVE pródiga

La ilusión de tener, al fin, trenes rápidos, no nos puede hacer olvidar los problemas pendientes de Granada

Nos congratularnos que, al fin, llegue el AVE a Granada, tras casi dos décadas de promesas incumplidas, entre ellas los cuatro años de vergonzoso aislamiento ferroviario, con proyectos diversos, variantes nunca resueltas, túneles decimonónicos, una estación digna de un poblacho del Oeste, como la he llamado en alguna ocasión, cuando cogía el Altaria para ir o venir de Ciudad Real para ver a mi hija y mi nieta pequeña -por cierto, podía hacerlo todos los días, sin tener que madrugar demasiado como ocurre ahora con el AVE que limita sus paradas y salidas en la olvidada Castilla La Mancha-. Una estación que al Ayuntamiento de Hurtado le parecía demasiado dispendio asumir el ambicioso proyecto de Moneo que, aunque costoso, estaba en consonancia con la importancia de la ciudad, en la que, desde que se construyó el Palacio de Carlos V, no se ha hecho una obra emblemática para definir cada época.

Tenemos los granadinos motivos de satisfacción al poder viajar, desde el próximo día 26, por trenes, más o menos rápidos, y que por ellos lleguen los viajeros que lo deseen. Y, además, se nos quita a los comentaristas, más o menos críticos, y a los ciudadanos, en general, el trabajo de estar lamentándonos por los olvidos y los retrasos institucionales que, junto con la desidia local y nuestra particular responsabilidad en el devenir de la ciudad y la región, nos ha llevado al furgón de cola -seguiremos utilizando términos ferroviarios- del desarrollo nacional. Pero un logro importante no nos puede hacer olvidar los problemas pendientes de Granada. Es verdad, como se ha repetido infinidad de ocasiones, que las comunicaciones -terrestres, ferroviarias, áreas, marítimas- son fundamentales para el desarrollo de ciudades y regiones. Pero tenemos en Granada infinidad de problemas que hay que afrontar con un auténtico sentido progresista -no el falso progresismo bajo el que se ocultan los intereses personales de políticos e incluso de intelectuales que han dejado de ser la conciencia crítica de la sociedad- para que podamos dar pasos adelante en todos los aspectos: sociales, económicos, culturales. Y ya que hablamos de cultura, la próxima semana se inaugura la 68 edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, el evento más destacado de proyección internacional de Granada, amén, naturalmente, de las referencias lorquianas que a través del logrado centro inaugurado pueden contribuir a afianzar ese sello que, muchas veces, proclamamos en vano

Que el AVE sea un soplo pródigo para sacar a Granada del olvido, la indiferencia y la mediocridad y para pensar que en el progreso, como en todas partes, está el futuro, aunque sin olvidar el rico legado de nuestro pasado.

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