Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

Llegó el Metro

Quiero ser optimista. Auguro que pronto tendremos también AVE, al menos en pruebas y sin soterrar su entrada en la ciudad

Permítanme que me olvide por un rato de la grave situación de Cataluña y del terrible terremoto de México para hablar de Granada donde, por fin, tenemos Metro. Nos habíamos acostumbrado a verlo pasar, elegante y moderno pero vacío. Sin embargo, desde el jueves lo vemos abarrotado de gente. Ya podemos tachar, por tanto, una de las reivindicaciones pendientes, como hace unos años tachamos la autovía de Motril.

Y ahora toda la presión recae sobre el AVE. Son más de 900 días sin conexión ferroviaria, trasladando en autobús hasta Antequera a cientos de personas cada día, la mayor parte de ellos turistas que, allá donde vayan, hablarán bien de la ciudad y muy mal de sus infraestructuras. Por tanto, los responsables políticos del AVE saben que, a partir de ahora, recibirán toda la presión. El Gobierno del Estado no podrá escudarse más en que ellos no terminan el AVE pero la Junta de Andalucía no terminaba el Metro, en esa absurda dialéctica política que tanto perjudica a la ciudadanía. Por ello, quiero ser optimista; auguro que pronto tendremos también AVE, por lo menos en pruebas y sin soterrar su entrada en la ciudad.

El funcionamiento del Metro es crucial para la existencia real del área metropolitana de Granada. Esa tarjeta que te permite pasar del Metro a los autobuses metropolitanos o a los autobuses urbanos de Granada explica mejor la idea de área metropolitana que cualquier discurso. Estamos en condiciones de convertirnos, por tanto, en una comunidad urbana vertebrada de 500.000 personas. Y no olvidemos lo que esto significa pues cualquier iniciativa económica, social o cultural tiene otra dimensión cuando se dirige a medio millón de personas.

En cualquier caso, ahora tenemos que consolidar esta infraestructura. Es una tarea que corresponde tanto a la ciudadanía como a los responsables políticos. La ciudadanía acostumbrándose a prescindir más del vehículo privado para usar el transporte público. Si utilizamos el Metro, el periodo de paso previsto inicialmente podrá reducirse, ante la demanda. Si no lo hacemos, al final terminará por ampliarse, adentrándonos en un círculo vicioso. A los responsables políticos, por su parte, les corresponde trabajar desde mañana en la línea 2 del Metro, como dijo el mismo jueves el Presidente de la Diputación, Pepe Entrena. Como estas infraestructuras son caras y la situación financiera no es boyante, resulta importante buscar apoyo en los grandes programas de infraestructuras europeos. En ese sentido, quizás la línea del aeropuerto sea la que más fácilmente pueda encontrar acomodo en esos programas.

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