Dice el archiconocido proverbio chino que cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo. Una sentencia tan trillada que ya no significa casi nada, pero que bien puede servir para lo ocurrido ayer en Granada con la corrida de toros. Mientras unos señalaban la tortura animal y el injusto trato de favor respecto a la cultura, con la estocada a Izal aún caliente, fueron muchos los que miraron el dedo que apuntaba hacia la relación de amor, casi adolescente, entre Ponce y Soria.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios