SEÑALES DE HUMO

José Ignacio / Lapido

Mala educación

ESPAÑA es el país de Europa con más jóvenes que ni estudian ni trabajan". Este aterrador titular bastaría para hacer la columna de hoy. Tiene la suficiente elocuencia y profundidad como para que, sin añadir ni una coma más, cada lector saque sus propias conclusiones. Pero, ustedes me perdonarán, he de rellenar esto de alguna manera.

El informe de la OCDE que nos ha puesto en evidencia en materia educativa no se anda con medias tintas: el 23,7% de los españoles entre 17 y 29 años no cogen un libro de texto ni dan palo al agua. La diferencia con los países de nuestro entorno no es pequeña: aquí los ociosos y/o desocupados en esa franja de edad representan un 8% más. ¿Se puede permitir un país como el nuestro, con una tasa de natalidad bajísima, que dos millones de jóvenes estén mano sobre mano?

Creo haberlo escrito otras veces: la educación es el gran fracaso de la democracia. Porque aunque el citado informe analiza la situación en 2011 esto no es cosa de Zapatero ni de Rajoy, esto lleva gestándose durante décadas. Es una especie de estalagmita perniciosa que ha ido creciendo por acumulación de incompetencias e ineptitudes al más alto nivel. Reformas, contrarreformas, parches presupuestarios, normativas autonómicas, adecuaciones pedagógicas y dios sabe cuántos dislates más han traído como resultado, para vergüenza de todos los gestores que se han ocupado del asunto desde los tiempos de la UCD, este desolador panorama.

Como se puede apreciar en los datos del informe, no se trata estrictamente de una cuestión de dinero. Ahí se dice que en España, antes de los recortes, se gastaban 8.000 euros por alumno frente a los 6.500 que se gastaban en los países de la UE. Debe ser entonces que el problema radica más bien en cómo se gasta, y hemos de colegir que se gasta mal. Rematadamente mal, si no nos andamos con paños calientes. No es el primer informe que nos saca los colores. Recientemente se han publicado otros que más que en la cantidad hacen hincapié en la calidad de la enseñanza y también salimos muy mal parados. Por un lado están los ninis, a lo que se refiere el estudio de la OCDE, y por otro los cientos de miles de jóvenes que se hartan de estudiar, hacer posgrados, masters y cursos específicos y que luego no encuentran un puesto de trabajo acorde a su preparación. No se sabe qué es peor, quedarse en casa de los padres hasta los cuarenta tacos jugando a la Play como única actividad intelectual o partirse los cuernos formándose para luego tener que irse a Alemania a buscar trabajo. En el primer semestre de este año han sido más de 40.000 los que han optado por la emigración.

Pero no crean que el actual ministro del ramo está de brazos cruzados. Wert tiene prisa por pasar a la posteridad y ha propuesto medidas correctivas: quiere subvencionar a los colegios que separen a los alumnos por sexos y quiere que los chicos pasen dos reválidas. ¡Estamos salvados!

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