El termómetro

Enrique Novi

Maniobra de evasión

UNO de los postulados sobre el poder más célebres del estudiado Michel Foucault sostenía aquello de que el poder produce lo real. Y para producirlo, añado yo, realiza cuando es menester una maniobra de evasión. En el vergonzoso caso de Aminatu Haidar la realidad producida tras esta maniobra es que ahora el dilema es si se obliga o no a comer a la activista. De repente el debate en todos los medios se establece en si es o no lícito administrarle alimentación contra su voluntad; en si el gobierno español tiene potestad o no para imponer la medicalización de su situación. Para a continuación llegar a la tramposa evidencia de que Aminatu vale más viva que muerta. Y la discusión acaba por ser una presión más para que desista de su inquebrantable postura. "Regresaré a El Aaiún, viva o muerta" ha afirmado con determinación al tiempo que ha dejado constancia ante notario de su rechazo a ser alimentada incluso si llegase a perder la conciencia.

Este debate no es más que una distracción interesada de los verdaderos motivos que la llevaron a iniciar la huelga de hambre. A saber, que fue arbitrariamente desposeída de su pasaporte, obligada a embarcar en un avión de una compañía española con destino a Lanzarote y finalmente presionada para que aceptase un pasaporte español que le permitiera salir con destino al Sáhara Occidental, un hecho que conduciría a que el gobierno marroquí la pudiera considerar una refugiada política. Si la actitud de Rabat es sencillamente repugnante, pues ahora mantiene, en el colmo de la desvergüenza, que los dos países involucrados, Marruecos y España, son víctimas de Haidar, (nada extraño viniendo de un país tan irrespetuoso con los derechos ciudadanos) la de España es aún más reprobable, pues se supone que es un Estado de Derecho. Como tal debe ceñirse a las normas y a ellas apelan una y otra vez todos los miembros designados por el gobierno para resolver, hasta ahora infructuosamente, la situación.

Ahora todos se la cogen con papel de fumar, pero yo no dejo de preguntarme entonces por qué no fueron tan escrupulosos cuando permitieron su entrada en territorio español careciendo de pasaporte. ¿Quién fue el responsable que consintió que cruzara la aduana sin papeles? Ese es el debate. Discutir si es jurídicamente viable alimentarla por la fuerza o no, sólo una maniobra de evasión.

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