J. M. Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Marín acierta

No corran, cada elección tiene su afán, cada candidato es un mundo, el tiempo muta. No se metan en peleas de otros

El aviso de Juan Marín es el acertado, aunque eso haya molestado a algunos de los parlamentarios de Ciudadanos que aún no se han situado bien en el sangriento campo de las banderías del PP. Todavía no han cambiado de partido, y ya están en la agitación y propaganda. Se recomienda cautela, Madrid es radioactiva. Piano, piano, que el despropósito de Castilla y León ha dejado en evidencia a algunos adelantados. Por ejemplo, a los mencionados parlamentarios de Ciudadanos, prestos a defender al PP y a Casado de las garras del vicepresidente de la Junta.

Juan Marín ha supuesto que el presidente Alfonso Fernández Mañueco y el PP en su totalidad estarán añorando estos días su Gobierno de coalición con Ciudadanos en Castilla y León. Con lo fácil que era: unos partidos similares, unos egos bajo control, el PSOE como enemigo común y una derecha entreverada de centristas -o al revés-; en definitiva, mejor congeniados que si fuesen del mismo partido. Casado y Ayuso van a matarse. No hay que ser vicepresidente de la Junta: el resultado no es bueno ni para Castilla y León ni para España. Ni para el PP, todos lo admiten, excepto Casado, García Egea, Hervías y estos tres díscolos andaluces de Ciudadanos que han salido antes de tiempo de sus casillas para hacerse un hueco con el PP.

Vox está que se sale en lo electoral; es el partido preferido de los varones castellanos menores de 45 años; le votan en el campo y en las ciudades, y en la ola que se ha levantado por Valladolid va a surfear Macarena Olona hasta las costas andaluzas. Hay una corriente muy importante que suma a favor de Vox, también en Andalucía, donde ha seducido a mucha gente joven, tanta como la extrema izquierda y sus versos. En Castilla han sido votantes de Ciudadanos que se han marchado al PP y de éste, a Vox, dando como resultado global que ganan tantos escaños como pierden los naranjas.

Quizás haya un día en que también en Andalucía se eche de menos esos tiempos en los que los consejeros del PP y de Ciudadanos eran tan parecidos que se confundían. ¿De qué partido es Rocío Blanco, por ejemplo? Con Olona no habría motivos para la confusión. Sólo apunto un hecho contrastado, pero que se olvida bastante: cada elección tiene su afán, todas son diferentes, el tiempo muta, cada candidato es un mundo. No corran. Y sean prudentes, no se afanen en meterse en las peleas de los otros. Que se queman.

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