Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Mentiras y más mentiras

Censura, mentiras, prohibición de la libertad de expresión -ahora llamada bulo- y de la libertad de información

Cada vez parece más factible que el coronavirus sea un virus de diseño que se escapó -o lo escaparon- del Instituto de Virología de Wuhan, un super laboratorio que casualmente experimenta con virus mortales y de murciélagos de clase P4, y que casualmente también se encuentra en las colinas de Wuhan, no demasiado lejos de Tangjiajin, donde se ubica el famoso mercado desde donde supuestamente se expandió el virus.

Ya el premio Nobel de medicina, Luc Montagnier, premiado por su descubrimiento del VIH, ha apuntado a que el coronavirus salió de ese laboratorio por una mala praxis, y a que una secuencia del mismo coincide exactamente con otra del VIH, lo cual no puede producirse de manera natural.

Ya no es una teoría conspiranoica, no sólo medios como el Washington Post o la Fox News lo sospechan, sino que la Casa Blanca y la CIA no van a parar hasta averiguarlo, porque tienen evidencias suficientes como para una sospecha certera, y nada ayuda el secretismo de China y el ocultamiento de los datos reales de sus muertos y contagiados. Tampoco ayuda que la OMS se precipitase a aceptar sin cuestionársela la versión del gigante asiático.

El mundo tiene derecho a conocer la verdad, una verdad que nos ha llevado a una crisis sanitaria, económica y política global, máxime si procede de un error o de un ensayo de guerra biológica. Nos legitima el enorme sufrimiento de las miles de familias que han perdido a sus seres queridos, de quienes están sufriendo o han sufrido la enfermedad, o de quienes han perdido su trabajo.

También tenemos derecho los españoles a conocer la verdad de la evolución del Covid-19 en nuestro país, pero se nos oculta descaradamente por el gobierno de Sánchez. Se nos engaña en el número de muertos -parece ser que son ya 40.000-, en el número de contagiados, en el número de test que se realizan a diario, se nos niegan las autopsias, se nos engaña en todo. No es de extrañar que al General de la Guardia Civil que aparece en la comparecencia diaria teledigirida por el Gobierno se le escapara que trabajan para minimizar las críticas a Sánchez y a sus ineptos en la gestión de la crisis del coronavirus. Increíble. Sus excusas no convencen, ha dicho la verdad…

Censura, mentiras, prohibición de la libertad de expresión -ahora llamada bulo- y de la libertad de información. Y mientras este gobierno dictatorial nos miente, las familias no encuentran ni las cenizas de sus muertos, esos que han muerto solos, ni España está de luto. Esto no resiste más. Sánchez está políticamente acabado.

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