Messi se va

Por encima del paro, la pandemia, la desigualdad o cualquier otro asunto, el fútbol gana en interés en los medios

Impacta saber que Messi se va del fútbol español y que se va de manera irreversible. Ya veremos si es así. Impacta por lo que ha supuesto para el FC Barcelona disponer de uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol y por lo que ha supuesto para el fútbol español tenerlo en nuestra liga.

Pero impacta más aún comprobar que el fenómeno del fútbol es de tal magnitud que esta noticia ha abierto portadas en todos los medios de comunicación del mundo ya que la globalización hace que el fútbol se haya convertido en un fenómeno global.

Portadas en los medios de papel y en los digitales así como horas y horas de información y tertulias con este asunto en radio y televisión a nivel mundial, ponen en evidencia que por encima del paro, la pandemia, la desigualdad o cualquier otro asunto, el fútbol gana en interés en los medios y en un amplio segmento de la sociedad.

Pero de fondo hay asuntos que no suelen estar en el debate ni en el análisis del fenómeno del fútbol. Me refiero al fútbol de élite. Las altas fichas económicas de los jugadores que en algunos casos superan varias decenas de millones de euros al año, los ingresos que se obtienen de la publicidad, los ingresos por la venta de camisetas y resto de equipación que de cambia año a año con el objetivo de continuar vendiendo a nivel mundial, o los ingresos por los derechos televisivos, etc.

Y todo esto, por no citar los enormes movimientos tectónicos en el mundo del fútbol europeo con la (por ahora) fracasada Superliga o el llamativo y reciente acuerdo de la Liga Profesional con el fondo internacional CVC por el que se ingresarían unos 2.700 millones de euros para ceder un porcentaje del negocio del fútbol español, pendiente de ser ratificado y sobre el que puede haber una enorme polémica; estos asuntos darían para un profundo análisis y probablemente una información muy interesante.

A mí el fútbol me gusta mucho pero echo en falta más transparencia en los asuntos económicos y en las relaciones con Hacienda y, sobre todo, veo la necesidad de un trabajo a fondo en el fútbol de base (también en la élite) por el juego limpio, el respeto al rival o la lucha frente a actitudes machistas y homófobas que se ven con frecuencia en los estadios, por no citar las relaciones sospechosamente condescendientes con colectivos de extrema derecha. Hay tarea.

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