cámara subjetiva

Ángeles Mora

Mini empleos

ES la última moda que viene de París con diseño alemán. O sea, un look entre ligero y pesado al mismo tiempo, grácil como un pájaro enjaulado. Está destinado a nuestros jóvenes pp (preparados y parados). Fue una recomendación veraniega para el gobierno de Zapatero. Bueno, más que recomendación fue una sugerencia obligatoria, siguiendo con la contradicción creativa de la nueva moda, o hablando más en plata: una recomendación chantajista a cambio de ciertas ayudas.

Cosas del Banco Central Europeo, que no es el banco de los estados ni de los ciudadanos sino el banco de los bancos, con el que se aseguran el poder económico independiente del político. Cosa que se fue cocinando a fuego lento en el camino de la creación de la Europa del Euro. A la gente de la calle sólo se le mostró el escaparate. En las vitrinas con vistas al público se exhibía una Europa por fin unida en defensa de la prosperidad, con una moneda única, sin fronteras -sobre todo para el dinero- pero también para los privilegiados viajeros europeos: éramos ciudadanos de medio pelo y nos estábamos arruinando, al parecer, pero nos creíamos más elegantes y cosmopolitas. Ahora las pagaremos todas juntas.

Porque detrás de las vitrinas y los mostradores, en la trastienda, en donde se fraguaba la distinguida Europa del Euro, el capitalismo se estaba enrocando en su trono blindado. Y ahí permanece mondo y lirondo, rodeado de su guardia pretoriana, prestando dinero no a los países que lo necesiten a un interés mínimo, sino a los bancos para que estos a su vez se lo presten a los países con intereses usureros. Las ayudas del BCE a los estados miembros suelen incluir un chantaje, como decía antes. El BCE le escribió a Zapatero este verano una carta que podría ser considerada de extorsión: a cambio de comprar deuda española le exigía medidas de ajuste, entre ellas "una devaluación competitiva de los salarios" y contra el desempleo juvenil la creación de puestos de trabajo con salario inferior al sueldo mínimo, sin impuestos, y que el trabajador se pague, si quiere, la seguridad social: 400 euros de mini sueldo para mini empleos a tiempo parcial, sin ni siquiera mini protección.

Una vergüenza todo el tinglado que hay montado. ¿No se podría considerar también una "devaluación competitiva" de las ganancias?

Soluciones habría si hubiera verdadera voluntad de igualdad y paz social. Pero la voluntad que se tiene es precisamente la contraria: la de privatizar y destrozar lo público en beneficio de la oligarquía dominante.

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