La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Mirando atrás con ira

Trece días después del atentado y un mes antes del referéndum catalán el caso Gürtel no es lo más urgente

Una vez que la amenaza del terrorismo islamista fue reducida y la seguridad de los ciudadanos garantizada, y después que se desactivara la crisis secesionista catalana, Pedro Sánchez, los refundados señores del PDeCAT y los camaradas de Podemos y ERC consideraron llegado el momento de volver a debatir en sede parlamentaria el asunto de la corrupción en el PP, cuestión muy importante pero no tan urgente como el terrorismo y la unidad de España. Esos escándalos se dieron en el pasado mientras que los otros desafíos se planteaban en el presente y afectaban dramáticamente al futuro. No era cuestión de situar lo importante por delante de lo urgente. Y menos aún de hacerlo no solo porque les preocupen e indignen los escándalos de corrupción, sino también o incluso sobre todo para lograr lo que no consiguen en las urnas.

Lamentablemente no ha sido así. Los nuevos mejores amigos Sánchez e Iglesias, de una parte, y la extraña pareja formada por ERC y el PDeCAT, decidieron que 13 días después del atentado de Barcelona y un mes antes del desafío del referéndum catalán el asunto más urgente que afecta a España es el caso Gürtel y la presunta responsabilidad de Rajoy en él. Y mantuvieron la convocatoria del pleno extraordinario del Congreso. ¿Es grave el caso Gürtel? Sí. ¿Es necesario que se sigan exigiendo responsabilidades legales y políticas? Sí. ¿Era el momento para tratarlo en un pleno extraordinario? No. ¿Es el Gürtel y el acoso y derribo de Rajoy lo que más preocupa a los españoles? No. Lo de ayer fue mirar hacia atrás con ira. E impotencia.

Los casos de corrupción en el PP han sido tan graves que, como dijo Margarita Robles, Rajoy es un presidente bajo sospecha. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en cambio, no lo están: sabemos quiénes son, que están dispuestos a hacer y que se puede esperar de ellos. En su caso no cabe la sospecha, sino la certeza. Lo que no obstaría para que alcanzaran la Moncloa -ya sea Sánchez solo o en compañía del otro- en las próximas elecciones. Por el camino que vamos todo es posible. ¿O no dijo Tardá en la bochornosa sesión de ayer: "Adiós corrupción, bienvenida República. Fundaremos la república catalana porque estamos hartos de corrupción"? ¡Y lo decía en un pleno anticorrupción convocado, entre otros, por el PDeCAT heredero de la CDC del 3% catalán! Tardá remató su brillante intervención preguntando: "¿Creen que somos imbéciles?". Pues mire usted, sí.

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