Aunque cada nuevo parte desdibuja un poco más la esperanza de poder regresar a la normalidad (que ya no es nueva ni vieja ni nada), los granadinos siguen empeñados en mantener el optimismo, como muestra esta pareja que hace unos días fue a comprar un pascuero, flor por excelencia de la Navidad (con el permiso del abeto), esa fiesta que por muchas restricciones que se pongan por medio, se va a seguir celebrando, porque la Navidad es un estado de ánimo y no ese festival de compras y despilfarro de dinero con el que muchos la confunden.
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