Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Moción, emoción y promoción

Mientras son muchos los españoles que están de puente en este Primero de Mayo, mi único consuelo a mi estancia obligada en mi hogar, dulce hogar, me lo proporcionan los momentazos únicos de felicidad periodística que me está empezando a regalar Pablo Iglesias, ya casi comparables a los apoteósicos de Zapatero, Leire Pajín, Bibiana Aído, o incluso de Manuela Carmena.

Y es que la escenificación de Pablo Iglesias y los suyos en el Congreso anunciando su intención de presentar una moción de censura contra Rajoy -con idéntica puesta en escena que cuando le solicitó la vicepresidencia y los ministerios más importantes a Sánchez- ha sido impresionante. Consigue como nadie mantenernos pegados al televisor anonadados ante sus declaraciones.

El problema es que también consigue convertirse en el centro absoluto de atención mediático, a costa de cualquier noticia, sea del calado que sea… Y la cinematográfica Operación Lezo -con políticos, empresarios, periodistas y hasta fiscales implicados o peleándose a causa de este escándalo mayúsculo protagonizado por Ignacio González y su presunta organización criminal- no iba a ser una excepción. Así, mientras los españoles de a pie alucinábamos con semejante trama de corrupción, él decidió convertirse en el protagonista absoluto del país, desplazando sin pensarlo el foco de atención mediático a una moción de censura que ni había consensuado, de la que ni había avisado, y sobre la que ni tan siquiera había preguntado al resto de partidos de la oposición.

El resultado ha sido prácticamente unánime, un portazo en la cara, y calificativos de espectáculo circense, charlotada, mala fe… que sólo evidencian los despropósitos de este político novato y soberbio, que ahora va a intentar buscar entre la sociedad civil los apoyos que no tiene en el Congreso, que, por ahora, aunque le pese, es donde únicamente se votan las mociones de censura.

Y es que el primero anuncias y luego dialogas no le va a salir gratis, porque sólo va a conseguir reforzar a Mariano Rajoy, ahora que estaba atravesando su momento más delicado tras estallar la Operación Lezo y por tener que testificar en la Gürtel. De hecho, lo que el Tramabús nos dio -en un primer momento sorprendente quizás por excesivo y hasta ridículo, pero que a las pocas horas se nos hizo bastante más creíble-, Pablo nos lo quitó de un plumazo con su empeño en fortalecer a Rajoy, que contempla divertido todo este show mediático, e ironiza al respecto declarando que él no hará moción de censura contra Iglesias, porque cree que no le conviene…

Y aunque las bromas de Rajoy sobre la moción no han gustado mucho, la realidad es que el recorrido de esta moción pablocircense, cimentada en la emoción, o en la conmoción ante la corrupción, reforzará sin duda al veterano Mariano, que ha visto como en las últimas horas le caía la mano de Pablo del cielo ante el acorralamiento judicial y político contra los escándalos de corrupción del PP, a pesar de que hay que reconocer su mérito en que España sea el país cuyo PIB más crece en el mundo según el FMI.

Ya sabes Pablo, tu moción por emoción sólo está conduciendo, aún a tu pesar, a la promoción de Rajoy… Primero piensa y luego actúa, no al revés…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios