La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Montañas de espuma

Entre la presión de los sondeos y la parálisis institucional, llevamos meses instalados en una escalada de globos sonda

Cuando Muñoz Molina nos advierte sobre el legado que como sociedad vamos a dejar a los arqueólogos del futuro, "montañas de basura", lo dice de forma literal preocupado por las toneladas de plástico que se desparraman por nuestros océanos (200 kilos llegan al mar cada segundo) pero también sería válido en sentido figurado. Por la aceleración y la vacuidad con que nos desenvolvemos; por la crisis de valores y la contagiosa tendencia a la intransigencia; y por la creciente sensación de estar viviendo de prestado.

Para la primera parte, la que terminaría llevándonos al terreno de la filosofía y los pensamientos profundos, no tenemos tiempo. Para lo segundo, lo que tiene que ver con quienes gobiernan y fijan las reglas del tablero de juego, cada vez resulta más complicado superar el estado indolente de provisionalidad, hartazgo y futilidad. Llevamos meses instalados en una escalada de globos sonda. Entre la presión de los sondeos -esa "encuestitis" que ya nos deberíamos empezar a diagnosticar- y la insolente realidad de la parálisis institucional. Si hoy cogemos los grandes temas informativos de las últimas semanas, podemos llegar a una conclusión concatenada: la vida sigue, a pesar de ellos, y lo cierto es que todo cobraría algo de sentido si encabezáramos las noticias con un epígrafe que pusiera "campaña electoral".

No son capaces de ponerse de acuerdo para aprobar nada, lo poco que se saca adelante roza la irrelevancia y hasta naufragan cuando anuncian y prometen. Lo hemos visto con el debate forzado sobre la reforma de ley electoral -¿seguro que a Ciudadanos le interesa el cambio que propugna Podemos?-, con la polémica casilla del castellano en la escolarización catalana, con la idea de instaurar un Mir en Educación, con la amenaza de Hacienda de gobernar sin presupuestos a golpe de decreto... Si a todo ello unimos los espinosos asuntos en los que "no toca meterse" -como la brecha salarial-, no debería extrañarnos que abramos la semana distraídos con el desplante protocolario al Rey en la inauguración del Mobile Congress de Barcelona por parte de los independentistas, que no "vasallos"... Mientras, nada sabemos de la formación del gobierno catalán, del necesario impulso al Ejecutivo central tras la marcha de De Guindos, de la reforma de las pensiones o de la revisión del mapa autonómico de financiación...

Burbujas de simbolismos y burbujas de hipocresía. ¿Montañas de basura? Sin necesidad de recurrir a ninguna metáfora, montañas de espuma. Ruido electoral.

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