Monte de piedad

¿Por qué están dispuestos a renunciar a los desahucios quienes no lo estuvieron en el pasado?

Mi banco ha cambiado los rótulos de su web para clientes. La sección 'Préstamos e hipotecas' ahora se llama 'Disfrutar de la vida'; donde ponía 'Seguros' ahora dice 'Dormir tranquilo'; y los apartados 'Planes', 'Fondos' y 'Valores' se han unificado bajo la sabia máxima 'Pensar en el futuro'. Con tanto eufemismo, cuando entro a mirar el saldo siento que me estoy iniciando en el noble camino óctuple del budismo.

Decía Mark Twain que un banquero es alguien que te presta un paraguas cuando hace sol y te lo quita cuando llueve. Así eran los bancos en tiempos de Mark Twain. Los actuales, además, te llaman a la hora de la siesta y aprovechan tu letargo para ofrecerte un paraguas corriente al precio del de Mary Poppins. Ya que mi banco está cambiando su web, le voy a pedir que la casilla que se marca para que no te envíen publicidad se llame 'No jodas' y que la sección de 'Préstamos personales' se etiquete como 'Usura'.

Los montes de piedad nacieron para combatir la usura, concediendo préstamos sin interés a personas sin recursos que dejaban en prenda alhajas o telas. El de Granada se fundó en 1740. Pronto se instaló en un edificio de la Carrera del Darro que hace esquina con una callejuela denominada, justamente, Monte de Piedad. Con el tiempo, los montes de piedad dieron origen a las cajas de ahorros y su actividad se volvió residual dentro de ellas. En España los partidos políticos utilizaron las cajas para financiarse y premiar a sus cuadros con puestos bien remunerados. Mal gestionadas, la mayoría no aguantó la crisis de 2008. Entonces se convirtieron en bancos o fueron absorbidas por otras cajas convertidas en bancos. En 2016, BMN vendió a Bankia el Monte de Piedad de Granada.

Mediante un reconfortante comunicado, la Asociación Española de Banca respalda las medidas económicas del Gobierno por la crisis del coronavirus. Concretamente, los bancos apoyan el aplazamiento del pago de hipotecas para personas con dificultades y ponen 60.000 millones de euros a disposición de pymes y autónomos. ¿Por qué están dispuestos a renunciar a los desahucios quienes no lo estuvieron en el pasado? La respuesta está en la acción del Estado. El mismo que puede conseguir que los préstamos prometidos se hagan en el espíritu de los montes de piedad y no en el de la usura. Es el Estado, no los bancos, quien nos puede permitir dormir tranquilos y pensar en el futuro.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios