La Mudanza

Con Pedro Sánchez el peso del Estado por comunidades es directamente proporcional al interés electoral de su persona

A Pedro Sánchez le conviene conducir la actualidad hacia debates que le puedan dar más rédito. Que la agenda política no la marque la galopante subida del precio de la energía, donde la ganancia para su caché progresista es deficitaria a pesar de lo que prometiera. De ahí que tenga que recurrir a debates artificiales como el de la mudanza de las instituciones. Confundir con el reparto institucional de un Estado, el mismo que evaporaron conscientemente, por intereses de independentistas en pactos de Gobierno de unos y otros, que nos trajo hasta la situación actual. El Estado ya está repartido en 17 Comunidades Autónomas, con amplia soberanía legislativa y ejecutiva.

Quien lleva negociando acuerdos de supervivencia política con los enemigos declarados de España, dice ahora que quiere fomentar la mudanza de las instituciones. Se trata de descentralizar Madrid como argumento, aunque descapitalizar sea el verdadero concepto, para agradar a los enemigos del Estado, sus socios parlamentarios. Mueve a escepticismo saber que quien lo propone sea el mismo presidente cuyo partido firmó un pacto en Navarra con Bildu para echar a la Guardia Civil de su territorio a finales de este año. Tal y como se sospecha que hará con la comisaría de policía de Vía Layetana, en Barcelona, por exigencia de sus socios "del diàleg".

Con Sánchez, el peso del Estado por comunidades es directamente proporcional al interés electoral de su persona. Él es el secretario general del mismo partido que acepta esconder el español en aquellas comunidades vasco/catalanoparlantes donde necesita hacer el caldo gordo al separatismo que le suministra apoyo estratégico.

Que sea el Sánchez apaleado en el 4-M quien proponga descapitalizar Madrid, huele más a revancha personal y política que a interesante estrategia de Estado. ¿Propondría el presidente algo así si Ángel Gabilondo gobernara la comunidad autónoma? ¿Osaría Sánchez plantear el mismo debate si la capital del Estado estuviera en Barcelona o Bilbao? ¿O acaso descapitalizar Madrid es una exigencia de ERC en la mesa de diálogo?

El Estado se fortalece tratando a todos sus ciudadanos por igual, vivan donde vivan. Se afianza su confianza exhibiendo equilibrio en los repartos presupuestarios entre territorios, respetando la división de poderes, ofreciendo seguridad jurídica a los inversores y colaboración institucional con los gobiernos autonómicos y locales, sean del color que sean. Pero, ay, eso es lo serio. Y a eso no juega el Gobierno.

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