La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

¿Municipales anticipadas en Granada?

El "Granada no se vende" ya se ha convertido en el leit motiv del PSOE de Cuenca. Bien, ¿pero cuándo toca hacer oposición?

No seré yo quien cuestione la reflexión de un catedrático de Constitucional sobre los márgenes de flexibilidad que puede ofrecer la ley en el gobierno local, pero sí me atrevería a hacerlo en un sentido práctico y de prudencia: ¿de verdad queremos meternos en España en el explosivo experimento de permitir a los alcaldes que adelanten elecciones?

En la entrevista que hoy publicamos con José Antonio Montilla, el diputado socialista y secretario de Relaciones con las Cortes se muestra preocupado por el "desgobierno" en la Plaza del Carmen y plantea una salida realmente novedosa: en casos "muy muy excepcionales", de "absoluta ingobernabilidad", la Ley de Bases podría ampliarse permitiendo una repetición electoral antes de culminar el preceptivo mandato de cuatro años.

Un interesante debate pero, justo ahora, no sé si inquieta más la primera parte de la ecuación o la segunda. Por cuanto encendería la inagotable batalla del 2+2 entre el PP (entiéndase el PP unipersonal de Sebastián Pérez) y Cs por la Alcaldía y porque abriría un escenario más que sumar a las amenazas veladas -o no tan veladas- por el futurible de otra rocambolesca moción de censura antes del 2023 que pondría en juego o bien concejales tránsfugas y o bien recambios en las listas -esto último fue otra sorpresiva propuesta de Vox para saltarse la imposibilidad legal de plantear dos mociones de censura en un mismo mandato-.

Denuncia Montilla, y aquí es complicado diferenciar si lo dice como socialista o como experto universitario, que lo más grave que ha ocurrido en Granada desde el 79 -no lo menciona explícitamente pero resulta evidente el paralelismo que marca con el histórico trueque de la alcaldías de Granada y Sevilla que fraguaron andalucistas y socialistas fraguaron- ha sido el acuerdo en Madrid entre PP y Cs tras los pasados comicios de mayo: "Yo creo que lo pagarán caro. Que utilices tu ciudad como moneda de cambio en un cambalache con otros es un desprecio tan grande a la propia ciudad que no creo que se perdone a ninguno de los intervinientes. Cs y PP son lo mismo de responsables".

"¡Granada se ha vendido por Málaga y Murcia!". Bien es cierto que fue el propio Sebastián Pérez quien lo denunció públicamente cuando dejó la presidencia del PP y que es el grupo socialista, con Paco Cuenca a la cabeza, quien ya ha situado el "Granada no se vende" como eje de una campaña en los barrios -cartel amarillo incluido al estilo Tecnocasa- que no hace sino continuar la suya particular por recuperar la Alcaldía (lleva tan mal como Susana Díaz lo de ganar y no gobernar) y por afianzarse al frente del PSOE local con vistas al proceso congresual que se abrirá tras el verano si Pedro Sánchez logra sacar adelante los Presupuestos.

Aunque en España llevamos años temiendo meterle mano a la Constitución, aun sabiendo que se puede como nos demostraron en 2011 acordando una reforma exprés y sin referéndum para fijar el techo de gasto, tal vez sea uno de los principales desafíos a los que pueda enfrentarse el Gobierno de Pedro Sánchez (y aquí el papel de Montilla será clave) y uno de sus principales legados de este singular Ejecutivo de coalición que todavía está engrasando la maquinaria para evitar dar una imagen de bicefalia.

Zapatero pactó con Rajoy la "estabilidad presupuestaria" para esquivar la intervención de Europa pero fracasó en lo demás. En esta nueva etapa con un Gobierno "progresista" en Madrid, la polémica por la modificación del Código Penal ha saltado en el inicio de la legislatura generando tanto ruido como supondrá la revisión del título VIII. No obstante, siendo mínimamente optimistas, podríamos pensar que es factible conseguir mayorías y "abstenciones" suficientes para avanzar en cuestiones fundamentales como la ley de cambio climático, la ley de igualdad en el empleo, la ley de eutanasia...

Desde luego, estaría bien, por desintoxicarnos un poco, retirar de vez en cuando el foco de Cataluña; y mejor estaría, por la salud de todos, que no mezcláramos más de la cuenta. Y en los ayuntamientos (como reclama Montilla a nivel nacional) lo que ahora toca es gobernar, gestionar y hacer oposición.

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