Anueve meses de que termine el mandato de José Antonio Griñán en la presidencia de la Junta, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, quiere iniciar una nueva etapa y propone negociar desde "la lealtad". De tan escueto titular se extraen dos conclusiones chocantes: que no ha habido voluntad por parte de ambas instituciones en negociar en los años precedentes (como mínimo los ocho de Torres Hurtado) y que la lealtad no ha sido el valor que ha presidido los encuentros. Más que deslealtad lo que ha habido es, por un lado, un enfrentamiento partidista que ha contaminado todas las relaciones y, segundo, un rechazo manifiesto de la Junta a algunos de los proyectos que el alcalde vuelve a plantear y que están marcados por la polémica: la construcción de un túnel en la colina de la Alhambra; el llamado Cierre del Anillo, que afectaría también al entorno natural del monumento, al Sacromonte y a Jesús del Valle, y la cesión al ayuntamiento del Banco de España, que el Gobierno ya destinó a sede de la Fiscalía Superior.

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