El Parque Federico García Lorca representa una isla de naturaleza en medio de la densidad urbana de Granada. Isla no por pertenecer esta palabra al mismo campo semántico que 'naturaleza', sino por cuán difícil es encontrar un páramo de flora y fauna entre el asfalto de la capital. Además de árboles, césped, plantas de diversa consideración y animales domésticos; el lago de este espacio acoge una considerable comunidad de especies como patos o pequeños peces. Un ecosistema propio que permite hallar el contraste en una ciudad que echa de menos más retiros de este tipo.

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