Una de las imágenes que más se repitió en los albores del confinamiento fue la de los cuerpos y fuerzas de seguridad patrullando para que nadie se saltase las normas. Ahora que la mascarilla es obligatoria en casi toda España, los agentes han vuelto a salir a la calle para reprender a aquellos que van con la boca desnuda, porque parece que solo aprendemos cuando nos regañan, como niños pequeños.
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