Pues yo lo veo así

Esteban Requena Manzano /

¡Niños fuera!

ACABO de oírlo por la radio: "Adults only holidays". Vacaciones solo para adultos. Creía uno que se trataba de algún tipo de turismo o vacaciones eróticas al estilo de las revistas para adultos, o de las películas calificadas como XXX. Y siendo uno comprensivo con las inclinaciones de los humanos, pensé que no había nada que oponer porque podría haber un público para el que no estuvieran indicadas esas vacaciones y se estuviera emitiendo el mensaje correspondiente. Sin embargo pronto empezaron a dar otros datos que me dieron información complementaria y en una dirección diferente. Comentaban que hay líneas aéreas que por un cierto suplemento te buscaban un asiento lejos de niños; y la guinda la puso ese vagón del fastuoso AVE en el que se prohíbe viajar a los niños. Y alguna oyente decía, recordándolo aterrada, que había estado en una terracita fresquita, pero que el encanto se evanescía porque había "cuatro enanitos" molestando. Y aquí la esencia de la cuestión: las vacaciones son solo para adultos porque los niños molestan; porque los niños son un estorbo; porque los niños no paran de dar la lata. Y estos adultos, huyendo de los niños como de la peste, se enrolan en situaciones donde no padezcan esos sufrimientos. Pero no es que ellos se vayan: es que impiden que lo niños se embarquen. Y algunas empresas, sensibles a sus peticiones, organizan esos viajes. Consecuencia: los niños (y en muchos casos sus padres) se ven discriminados para ciertos eventos por razones ¡de edad! Se trata de una falta de sensibilidad que raya en actitudes anticonstitucionales. Reconozco que los niños no son un remanso de paz. Cuando escribo esto me encuentro rodeado de tres pequeños, tres nietos, que no me dejan concentrarme. Pero no por eso los echo, no les prohíbo estar. A lo sumo, me alejo. ¿No se le habrá ocurrido pensar a esos adultos que ellos también tienen aspectos molestos para los demás? Algo tan sencillo como ciertas gafas de sol, o vestimentas extrañas, o actitudes de superioridad, pueden resultar vomitivas para los demás; pero no por les eso lo arrojan de allí. Y empezamos por los niños. Pero ¿quién nos asegura que se impida que participen en esos viajes las personas mayores? Podríamos encontrarnos reclamos publicitarios que anunciaran viajes sin niños y sin viejos; y después, sin feos; y pronto… Estaríamos en el reino de la discriminación egoísta. "Solo yo y quien me guste".

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