Una orquesta estable, mantenida con fondos públicos, es una herramienta cultural de primer orden. No solo ofrece conciertos de la llamada música clásica a los aficionados sino que debe cumplir otras importantes funciones. Organizar conciertos pedagógicos para los más pequeños, puede ser una excelente academia de estudios orquestales para los jóvenes. Desarrollar repertorios especializados de música barroca con arcos e instrumentos adecuados. Ser un escaparate para las compositoras y compositores contemporáneos. Difundir la recuperación de Patrimonio musical mediante conciertos especializados y grabaciones sonoras y audiovisuales. Generar proyectos que involucren a otras artes, así como ser una magnífica embajadora de nuestra ciudad en Festivales y ciclos internacionales.

Una orquesta es una herramienta cultural de primer orden

La OCG desde su creación ha tenido cinco directores que han dejado su impronta: Juan de Udaeta (1990-1994), Josep Pons (1994-2004), Jean-Jacques Kantorow (2004-2008), Salvador Mas (2008-2012) y Andrea Marcos (desde 2012).

El escaso por no decir nulo patrocinio del sector privado, falto de una adecuada ley de mecenazgo, añadido a la crisis por la que ha pasado el sector público en nuestro país, ha hecho que nuestra orquesta pase por una serie de dificultades económicas y que muchas de las funciones antes mencionadas no se hayan podido realizar.

Su presencia en el Festival es un gran apoyo moral y su calidad demostrada una vez más. Esperemos que sus problemas encuentren pronto soluciones reales y duraderas en el tiempo y que podamos tenerla a pleno rendimiento.

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