TODOS estamos de luto. ETA ha matado a dos guardias civiles en Francia y aumenta su cuenta de asesinatos: 45 durante la dictadura y 836 desde el inicio de la democracia. La foto de todas las fuerzas políticas parlamentarias, el sábado en el Congreso de los Diputados, acompañadas de los principales sindicatos y patronal españoles muestra la gravedad del momento. ¿Durará ese espíritu de unión? Ojalá.

Ojalá ningún ciudadano, de cualquier ideología, se permita demonizar las actuaciones de los gobiernos en este campo o llamar traidor a su presidente. Ojalá ningún Gobierno establezca una estrategia antiterrorista, desentendido del principal partido de la oposición. Ojalá el Congreso, en nombre de la soberanía nacional, sea capaz de aprobar planes de acción unánimes. Ojalá la principal fuerza opositora no intente sacar partido electoral a la actuación del Gobierno, en particular cuando hace o dice cosas muy parecidas a las realizadas por la oposición cuando gobernaba. Ojalá la Asociación de Víctimas del Terrorismo se manifieste contra los etarras más que contra el Gobierno. Ojalá los partidos nacionalistas vascos democráticos empleen el mismo ardor contra los asesinos que el que dedican a lamentarse de su cohabitación con España.

Ojalá el presidente del Gobierno vasco no plantease referendos ilegales sobre el "derecho a decidir", cuando los terroristas reclaman exactamente lo mismo, matando. Ojalá los presidentes del Gobierno fuesen menos ingenuos y no dejasen para la posteridad frases como "Movimiento vasco de liberación nacional" o "estamos mejor que hace un año y dentro de un año [o sea, ahora] estaremos mejor". Ojalá los presidentes de los partidos de la oposición no dijesen cosas tan desafortunadas como que si ETA no mata es porque se ha cedido. Ojalá los presidentes de la AVT fuesen personas con escaso afán de protagonismo personal.

Ojalá quienes apoyan a los etarras se den cuenta de que no sólo están produciendo un daño gratuito a los españoles y a los propios vascos, sino que son un movimiento político del siglo XIX, completamente pasado de moda. Ojalá los medios de comunicación nacionales no dividamos a los demócratas en buenos y malos, cuando la línea que separa la dignidad y la iniquidad está en otra parte, a la vista de todos. Ojalá los medios de comunicación extranjeros, como Washington Post, New York Times o Le Figaro, este fin de semana sin ir más lejos, no califiquen a ETA de grupo separatista vasco sino como lo que es, una organización terrorista.

Ojalá todos nos demos cuenta de que hemos cometido algún error en el pasado sobre este asunto. Ojalá seamos capaces de acabar alguna vez con este grave problema nacional. Pero será imposible sin la unidad y cordura de todos los demócratas.

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