Esta semana se cumplen dos años de la operación Nazarí y sigue oliendo a podrido en el Ayuntamiento de Granada. Con unas cloacas municipales saturadas, si no se abren puertas y ventanas para que entre aire fresco, lo normal es que siga faltando el oxígeno y se mantengan los gases tóxicos de la corrupción.
Quienes vinieron a limpiar el Ayuntamiento tras aquel escándalo ahora les cuesta horrores comprometerse en esta tarea. De hecho, llevan meses retrasando que nuestra institución se persone en los procesos judiciales contra la corrupción del PP, y por ahora sólo han accedido a hacerlo en el caso Emucesa.
Pero después de lo ocurrido el mes pasado, quizás sea mejor así. Veamos: como contaba el 18 de marzo en un clarificador artículo Magdalena Trillo (la directora de este periódico), el PSOE de Francisco Cuenca aprobó la amnistía municipal de la gran mayoría de concejales y concejalas del PP que por ahora siguen imputados en el caso Serrallo. ¿Cómo ha sido eso?, pues básicamente argumentaron que las únicas responsabilidades de todo el desaguisado recaen en el exalcalde Torres Hurtado y su exconcejala de urbanismo Isabel Nieto, señalando que el resto de la Junta de Gobierno, pobreticos, no sabían lo que votaban. Y si les preguntáramos por el candidato popular Sebastián Pérez, pues para el PSOE pintaba todavía menos, pues "sólo" estuvo 8 años de teniente alcalde con Torres Hurtado en el Ayuntamiento de la capital. Aunque lo dudo, quizás le ocurre como a la Infanta Cristina y no se entera ni de lo que firma (o vota) ni de lo que hacen sus familiares…
En lugar de exculpar a sus "compañeros" de corporación, el gobierno municipal debería tomar nota de las actuaciones del rectorado de la Universidad Rey Juan Carlos en el caso máster. A pesar de dar una imagen penosa al principio, parece que se han percatado de su error y comienzan a actuar como corresponde: rápida investigación interna, envío de documentación a fiscalía, y auditoría de la entidad sospechosa de mala praxis.
Una de las excusas del PSOE para no investigar y no auditar las áreas y las empresas municipales es que no tienen medios para revisarlo todo. Sin embargo, se podrían considerar las auditorías ciudadanas que podrían ser muy útiles y baratas, e incluso estoy seguro que profesores y profesoras de la UGR podríamos ayudar con nuestro tiempo y conocimientos.
Porque no se olviden que quienes pagamos vía impuestos el coste de la corrupción exigimos a los poderes públicos actuaciones claras y contundentes, ya que la impunidad es el caldo de cultivo de los corruptos.
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