EXTRAMUROS

José Antonio Montilla

Orce, nueva etapa

Una nueva etapa parece abrirse en los yacimientos de Orce. Tras demasiados años de dimes y diretes se ha retomado la senda de la investigación. Espero que no sea un espejismo y todos los actores implicados actúen con la seriedad y la responsabilidad que exige la búsqueda de un tesoro cultural como el que esconden las áridas tierras de la cuenca Guadix-Baza. Por si sirve de algo, me animo a apuntar algunas pautas que nunca deberían olvidarse.

La primera es no mirar el pasado si no es para aprender de los errores. Por ello, nunca más polémicas científicas dirimidas en los medios de comunicación, enfrentamientos absurdos con yacimientos que nos llevan muchos hallazgos de ventaja, teorías conspirativas o egos exacerbados fácilmente manipulables, sino sólo investigación, mucha investigación.

La segunda es paciencia y perseverancia. Los restos humanos no van a aparecer mañana, pero los científicos nos dicen que están ahí porque ahí se encuentran los utensilios que utilizaban para cazar y en su vida diaria. Lo decía hace algunos años Lordkipanidze, el gran paleontólogo de Dmanisi, en Georgia: "a ustedes, los de Orce, les falta paciencia".

El tercer aspecto a no olvidar es el reparto de tareas. Los paleontólogos deben dedicarse a investigar y los responsables políticos a gestionar y buscar financiación para que la investigación continúe. Es un mal síntoma el intercambio de papeles. Ni los investigadores deben estar continuamente en el debate público, por más que les resulte atractivo; ni los responsables políticos deben señalar en que lugar se excava o no se excava.

Y, finalmente, en cuarto lugar, no podemos olvidar la difusión de los resultados. La inversión pública no se hace sólo para el avance científico sino para llevar el conocimiento obtenido al conjunto de la sociedad. Por ello, en paralelo a las investigaciones debe plantearse un ambicioso proyecto expositivo, que no corresponde a los paleontólogos. Ellos obtienen los resultados, aportan los datos y asesoran pero son otros profesionales quienes deben encargarse de diseñar el parque arqueológico de la cuenca Guadix-Baza sobre los primeros pobladores de Europa. Y esto en paralelo a las investigaciones para que cualquier hallazgo tenga un adecuado cauce de difusión. Es importante marcarse objetivos realistas pero ambiciosos. Y el objetivo debe ser que en el plazo de diez años a cualquier persona con sensibilidad cultural que visite la ciudad de la Alhambra le resulte atractivo acercarse al lugar en el que vivieron hace un millón y medio de años los primeros europeos.

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