Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Orgullosos de Granada

El andalucismo real no existe. Es una intentona fallida y artificial de nacionalismo falsario para no ser menos que Cataluña y País Vasco

Durante 40 años hemos consentido que los políticos que nos han caído en desgracia prioricen los intereses de Sevilla o los suyos propios postergando descaradamente los de Granada y sus habitantes.

Pero ahora que ha surgido con fuerza en los granadinos una conciencia clara del agravio y humillante abandono en el que aquéllos nos han sumido, transportándonos de nuevo -evidentemente en burro- al siglo XIX y a años luz del XXI, es momento de impulsar el deseado cambio en nuestra región, para convertirla en territorio autónomo y de progreso. Porque los granadinos somos trabajadores, educados, dignos, serios y responsables, preocupados por nuestro patrimonio histórico, cultural y natural, por nuestro presente y futuro, y nos sentimos muy orgullosos de nuestra tierra. Y estamos hartos de que se nos identifique con calificativos peyorativos, tales como malafollás, de la tierra del chavico o plañideras.

Aunque les pese a los hijos del régimen, Granada no es Andalucía. Seis siglos avalan nuestra autonomía territorial, institucional, administrativa, judicial y militar. Al reino de Granada en el escudo nacional y a los mapas me remito, los hay de todos los siglos, tamaños, estilos y colores, pero todos ellos diferencian siempre como dos regiones independientes a Andalucía y a Granada.

Por ello el ser andaluz no existe. Para Alfonso Lazo fue un error de Ortega y Gasset y su metafísica, para mí es algo más sencillo, una invención del iracundo Blas Infante, que le vino divinamente a los deslegitimados por el referéndum del 28-F para fabricar su inconstitucional autonomía. Y los granadinos nos hemos doblegado a que, no sintiéndonos andaluces, nos adoctrinen en su falsa patria, himno y bandera.

Y el andalucismo real tampoco existe. Es una intentona fallida y artificial de nacionalismo falsario para no ser menos que Cataluña y País Vasco, imposible de cuajar en un pueblo que no se siente andaluz.

Por ende, el pueblo andaluz tampoco existe. Existen sevillanos que se creen el centro de la tierra, malagueños con aspiraciones legítimas… y granadinos -también jiennenses y almerienses- hartos de tanto abandono y postergación.

Y evidentemente tampoco existe la cultura andaluza, sólo un Canal Sur, vasallo cultural de su señor, que nos machaca con folklore sevillano y cultureta del régimen, nada más lejos de la cultura milenaria de esta región.

Y es que, por más que se empeñen, no somos Andalucía ni andaluces y nos sentimos muy orgullosos de Granada…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios