No es el lema de la colección invernal de unos grandes almacenes. Es la mezcla perfecta, capturada por el objetivo de Carlos Gil, entre una postal otoñal y el coche del mismísimo Michael Knight. Y es que la caída de la hoja provoca estampas tan curiosas como esta a las puertas del centro de Granada. Porque el otoño, como cualquier otra estación del año, es fantástico en la capital.
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