Sí, como lo oyen, así es como nos denominan determinados tipos despreciativos de la Unión Europea que cobran sus holgados sueldos a costa de todos nosotros, como el holandés Jeroen Dijsselbloem. Y es que, por si no lo saben todavía, el acrónimo en inglés P.I.G.S., casualmente coincidente con la palabra 'cerdos', se la inventaron durante los años de la crisis del euro unos listillos del norte de Europa para designar al conjunto de países del sur que estaban al borde de la quiebra, señalando directamente, en inglés, a Portugal, Italy, Greece y Spain.

Y, por si esta humillación no fuera bastante, ahora, al hilo del 60 aniversario de la Unión Europea, el presidente del Eurogrupo, el tal Dijsselbloem, viene a ahondar más en el insulto recurrente a los P.I.G.S. señalando que ¡qué es eso de pedir dinero cuando se lo gastan todo en alcohol y en mujeres! O sea, que la actitud de los países del sur es la de gastarse el dinero en alcohol y en mujeres y luego pedir dinero a nuestros perfectos socios del norte.

Los europeos no nos merecemos un Eurogrupo presidido por una persona con prejuicios sobre sus propios miembros, machista y xenófobo, porque usar a las mujeres para explicar juergas con alcohol merece su inmediata expulsión del grupo socialdemócrata y su dimisión como presidente del Eurogrupo. Y menos mal que es socialdemócrata…, porque si este tipo perteneciese a cualquiera de los movimientos eurófobos que se extienden por toda Europa, imagínense hasta dónde podría haber llegado. Recuerden al eurodiputado polaco, el ultraderechista Korwin-Mikke, que hace unos días nos insultó a las mujeres aseverando que deberíamos de ganar menos porque somos más débiles y menos inteligentes que los hombres. Intolerable.

Aparte de esto, si quiere tópicos, vayamos pues a ellos… Y es que mientras los P.I.G.S. éramos la cuna de la civilización occidental, e inventamos la filosofía, la literatura, la arquitectura, la pintura, la escultura, el Derecho, la ingeniería… y hasta la política de la que ahora Dijsselbloem vive, holandeses, alemanes y demás aplicados norteños eran unos bárbaros incultos y mal vestidos con pieles, que vivían en chozas y comían carne cruda con las manos, y que ni tan siquiera entendían el significado de cualquiera de los anteriores conceptos.

Pero, es más, si quiere tópicos del siglo XXI, ahí van también… Y es que si aquí los hombres son juerguistas y borrachos -parece que su excelsa frase sólo se refiere a las juergas masculinas, eso sí, con alcohol y mujeres…-, de su país pudiera ser que tuviésemos una imagen de gente todo el día bebiendo cerveza y fumando marihuana… pero lo cierto es que por aquí somos más inteligentes que todo eso y no prejuzgamos a los demás con tanta ligereza y desprecio.

Tras las insultantes palabras de Jeroen, incluso hasta los diarios económicos se han llenado de estadísticas europeas sobre el gasto per cápita de los diferentes países en prostitutas y en alcohol, que curiosamente demuestran con números que su propio país está entre los destacados en la trata de blancas y en el consumo del alcohol.

Para que las instituciones, sean del tipo que sean, sean respetadas, deben de ser respetables, y el primer paso para ello es respetar las reglas y a las personas. Patéticamente, con tal de no perder el sillón, y aunque su pensamiento siga siendo el mismo, el holandés se ha disculpado con la boca pequeña. Desgraciadamente, si hay un P.I.G. en Europa, ese es, sin duda, Dijsselbloem.

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