Crónica Personal

El PP se pregunta qué ha ocurrido

Como no espabile, Pablo Casado ya se puede ir haciendo a la idea de que no va a ser el próximo candidato del PP en las generales

Este miércoles se reúnen los miembros de la Ejecutiva del PP para eso que los partidos llaman "analizar los resultados electorales" y que en la mayoría de los casos significa: "¿Qué ha ocurrido?". Cualquiera que conozca mínimamente la cosa política le puede dar la respuesta: los votantes han confiado en Feijóo porque lo ven como un dirigente que sabe lo que tiene que hacer, mientras que en el País Vasco, por el contrario, la dirección nacional profundizó en las tensiones permanentes con sus líderes hasta que se fueron a casa, hartos de ninguneos e imposiciones desde Madrid y, además, no fue un acierto recurrir a Iturgáiz: contaba con una trayectoria que muy pocos miembros del PP pueden presentar, pero su tiempo ya había pasado. De hecho, Génova le había tratado muy mal cuando, a pesar de su experiencia, le colocó en un puesto imposible en la lista europea para colocar a novatos sin el currículum apropiado, pero con padrinos que se ocupaban de que les dieran cargos.

Si el PP quiere averiguar qué ocurrió el domingo no tiene más que aplicarse a la tarea de hacer autocrítica.

El PP renovado va de error en error hacia el desastre final y, como no espabile, Pablo Casado ya se puede ir haciendo a la idea de que no va a ser el próximo candidato del PP en las generales. Será Feijóo, si quiere, o cualquiera de los miembros del PP a los que se echa de menos y que fueron apartados por Casado porque prefirió un equipo al que pudiera manejar, sin importarle su déficit en política, gestión y estrategia.

Si la reunión de hoy tiene como resultado poner el acento en el éxito gallego como si fuera mérito de Génova, y justificar el fracaso vasco con el argumento de que es imposible luchar contra los nacionalismos, entonces a este PP le queda poca cuerda para hacer planes de futuro.

Ha sido un error pensar que aliarse con otro partido siempre suma: le han regalado un escaño, quizá dos, a Ciudadanos; un error ir a la confrontación con Alfonso Alonso y su gente en lugar de hacer una componenda inteligente con ellos; un error monumental, no nos cansaremos de decirlo, dejar al partido sin sus referentes nacionales de los últimos años, excepto si tenían relaciones especiales con Aznar; un error el discurso inteligente pero tremendista de Cayetana Álvarez de Toledo, un error elegir un secretario general que ni conocía el partido ni los militantes le conocían, un error las listas electorales plagadas de desconocidos … Casado, ante estas verdades como puños, se ha defendido diciendo que era víctima de una campaña de los medios de comunicación.

Otro error. Es víctima de sí mismo, de su empeño en no ver lo que ve todo el mundo.

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