La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

El PSOE y la Caja

Cobrar por todo lo que uno no puede hacer solo con su dinero es la propuesta que, dicen, nos acercará al futuro

La operación de Bankia absorbiendo BMN, tal y como antes BMN absorbió CajaGranada, no es más que un baño de realidad financiera con el que debemos ir haciéndonos a la idea de que el modelo bancario basado en el monte de piedad, obra social y oficina bancaria al lado de casa, así como la colocación de políticos afines para dirigir el cotarro bancario desde los partidos políticos, ha llegado al final.

El modelo de negocio bancario que repartía sus ganancias con las necesidades sociales, que ponía políticos donde tenían que estar los expertos, es ya una parte romántica de la historia de nuestra tierra. Ahora lo sustituye el cobro de comisiones por toser al cajero, por llamar al banco, por ingresar, por reintegrar, por pedir, por no pedir, por rechazar o por tocar el timbre. Cobrar por todo lo que uno no puede hacer solo con su dinero es la propuesta que, dicen, nos acercará al futuro.

Cuesta trabajo oír hoy a quien, desde su cargo de presidente de Diputación y número dos del PSOE-GR, defiende con mucha demagogia de reata, el derecho a la no exclusión financiera de los municipios más pequeños de la provincia. Extraña el desparpajo progresista de Pepe Entrena en la reivindicación, tras haber sido su partido el responsable principal del despiporre hipotecario de ayer mismo en la Caja. Aún siguen sin asumir culpa alguna desde el PSOE que colocó afines en plan okupa, promulgó, validó y se benefició principalmente del desfonde de fondos que hicieron peligrar su propia existencia como caja de ahorros netamente granadina.

Es especialmente sarcástico, llegados a este punto demagógico y ajeno a la realidad, ver a un presidente de Diputación socialista reclamar lo que no tuvo arrestos su partido a frenar siquiera cuando impulsaban aquella expansión de negocio tras el que sobrevino la quiebra de la Caja, y que acabó constándole el puesto de trabajo a más del 50% de los empleados. Lo reconocía Antonio Jara en la amplia entrevista publicada el domingo en Granada Hoy.

El PSOE-A ha sido el único partido que ha puesto presidentes en Caja Granada en todo el período democrático. Su control ha sido absoluto. Hoy no pueden echar balones fuera porque fueron quienes hicieron de las cajas de ahorro andaluzas un instrumento de acción política con el que financiar intereses propios, no siempre adecuados. Su fin era común en todos los casos: seguir siendo el partido hegemónico en Andalucía y garantizarse su preponderancia social y electoral. Aquel controvertido informe titulado "Operación Ataujía" les delató por escrito. Y hoy escupen para arriba, como si no les fuera a caer nada del lapo, en su retorno gravitatorio hacia abajo. La historia les desmiente el discurso.

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