Soy el PSOE

El PSOE impulsa muy bien políticas conservadoras, pero el PP y Ciudadanos lo harán siempre mejor

El poder desgasta sobre todo cuando no se tiene". Las palabras de Giulio Andreotti, il Divo, capaz de obtener siete veces la Presidencia del Consejo de Ministros en Italia, se están cumpliendo en España con la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa y las encuestas que sitúan al PSOE como ganador en unas hipotéticas elecciones. Andreotti, un mentiroso compulsivo que logró engañar a casi todos durante largo tiempo, sobrevivió a la monarquía, al fascismo, a una guerra mundial, a la Primera República y a más de media docena de papas, pero acabó sumido en la vergüenza y el descrédito. Tuvo frases brillantes y un conocimiento tenebroso, aunque parcialmente cierto, de los mecanismos del poder y de la ambición humana. La última actuación del Gobierno en materia de inmigración me ha hecho pensar en él y en el manido chascarro del escorpión y la rana. Ya saben: un escorpión convence a una rana para que lo monte en su lomo y le ayude a cruzar el río, porque no sabe nadar, con la promesa de que no le picará. Ya en el agua, el escorpión le clava el aguijón. La rana se queja: "¿Qué has hecho? Ahora moriremos los dos". El escorpión contesta: "Lo sé, pero soy un escorpión".

El PSOE viene repitiendo la historia del escorpión desde hace décadas. Sostiene un discurso en la orilla y hace lo contrario en el agua, traiciona en el poder lo que promete en la oposición. El último episodio ha tenido lugar al mantener el recurso contra la condena del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo impulsado por el PP a propósito de las devoluciones en caliente de los inmigrantes. En 2017, apenas anteayer, Pedro Sánchez mantuvo que la decisión violaba el derecho de asilo. Ahora, coincidiendo con la visita de la jefa Merkel, conocemos que ha decidido mantener la iniciativa. Uno cree sinceramente que hay que revisar y mejorar el convenio de colaboración con la UE, averiguar cuántos inmigrantes se pueden acoger asegurándoles un mínimo de dignidad, estudiar si hay que potenciar la ayuda al desarrollo en los países de origen y acabar con las subvenciones a Marruecos, que ha convertido la represión en un negocio. Mentir por principio supondrá, a la larga, compartir el destino de Andreotti. En su interminable viaje hacia el centro, el PSOE se ha convertido en la izquierda de la derecha. Cada vez se parece más a sus supuestos adversarios ideológicos. Impulsa muy bien, y con la quiescencia de no pocos izquierdistas confundidos, políticas conservadoras. Pero el PP y Ciudadanos lo harán siempre mejor.

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