La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Pablo ya no quiere a Yolanda

Iglesias está muy arrepentido de haber impulsado a Díaz y hace todo lo posible por abortar su incierto liderazgo

La singular posición en que ha quedado la coalición Por Andalucía tras constituirse en el último minuto legal, con ausencia del segundo partido más representativo de los seis que la integran (Podemos, que está y no está al mismo tiempo), no se explica sin la participación en todo el proceso negociador de dos agentes aparentemente externos: Pablo Iglesias y Yolanda Díaz.

Iglesias, que se va ganando a pulso un lugar propio en el elenco de los líderes más tóxicos de la política española, no puede estar más arrepentido de haber dejado el Gobierno de la nación y haber designado a dedo a su sucesora en la Vicepresidencia y, más aún, de nombrarla heredera de su liderazgo al frente de un nuevo artefacto político, llamado a ser más transversal, amplio y efectivo que la propia Unidas Podemos.

Tan arrepentido que no para de enseñar sus abiertas discrepancias con la vicepresidenta segunda desde sus amplificadores de predicador y manejar a sus peones (Belarra, Echenique, Montero) para aislarla y abortar su proyecto. Quizás él esperaba una Yolanda sumisa, con un poder vicario del suyo o, al menos, adaptable y dirigible. Si lo pensaba así es que desconoce mucho a Yolanda, incluso es que desconoce mucho la condición humana.

Ha tratado Iglesias de frenar a Díaz en un escenario destacado, en las elecciones de la comunidad autónoma más poblada de España. Por persona interpuesta: cuestionando a la candidata a la Junta de Andalucía, Inmaculada Nieto, apoyada por Yolanda Díaz con entusiasmo ferial. Pero es que Nieto es la mejor candidata posible dentro de los límites de la coalición, y Díaz la avala no sólo por su identidad poscomunista y experiencia parlamentaria, sino porque representa al partido más relevante de Por Andalucía. Izquierda Unida es en puridad el único partido realmente existente dentro de la coalición, Podemos carece de organización y presencia en la mayor parte de la comunidad.

Pablo Iglesias, ha fracasado, claro está, después de postular como candidato alternativo al guardia civil Juan Antonio Delgado, nombrado por Podemos, y defender las elecciones primarias (un año después de señalar con su dedo olímpico a Yolanda Díaz e imponerla a la organización a la que ahora intenta echar encima de Yolanda misma). Como es mal perdedor después de haber sido un pésimo ganador, hará todo lo que esté en su mano para que no le arrebaten el juguete que se fabricó.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios