Paso de cebra

José Carlos Rosales

josecarlosescribano@hotmail.com

Pagar el alquiler

Estamos ante la radiografía de un partido que presumía de ser un buen contable, ahorrador y minucioso

He leído en las páginas de este periódico que el Partido Popular no encuentra la forma de afinar sus cuentas y afrontar el pago del alquiler de su sede central, en el barrio del Zaidín, rutilante sede de cristal opaco y diseño geométrico en un edificio de la promotora de García Arrabal, "un edificio cuya legalidad está en tela de juicio", según nos decía Lola Quero en un documentado reportaje publicado ayer. Y es que el arrendamiento de la sede popular cuesta más de 130.000 euros al año y los ingresos del partido se han reducido drásticamente desde que ya no ocupa la Alcaldía de Granada ni la presidencia de la Diputación: ahora hay menos cargos de confianza que puedan aportar a las arcas del partido las generosas cuotas (de 25 a 150 euros) que aportaban antes y lo más grave es que ya no se dispone del trabajo voluntario de aquellos que, contratados como asesores del PP y pagados por las instituciones públicas, tenían su "trabajo asignado a la sede del partido". Estamos ante la inquietante radiografía de un partido que, cuando ocupó el gobierno municipal, siempre presumía de ser un buen contable, ahorrador y minucioso, siempre atento al despilfarro de los otros, siempre pidiendo a las demás instituciones que le dieran lo que él nunca dio. A todo ello se une el contexto y la herencia de una penosa gestión económica municipal que se remonta al año 2003, una gestión que ha desembocado en esa catarata de sentencias y reclamaciones que alcanzan la cifra de 40 millones de euros por decisiones interesadas, erróneas o miopes; una cantidad que pagaremos todos y cada uno de los vecinos de este municipio, una cantidad que se suma a la enorme deuda municipal de cuyo enorme importe no quiero ni acordarme ahora.

Parece que la preocupación última del PP en estos años de gobierno (de plomo) municipal no ha sido otra que la de costearse una cómoda situación fotogénica, una sede brillante, una vida aparente, palmadas en la espalda de los amiguitos del alma, cenáculos y palabras pomposas, desidia cultural y recortes, recortes, recortes. Por eso causa tanto estupor leer las declaraciones de los dos candidatos con posibilidades de presidir el PP provincial y que no hagan la menor mención a este desbarajuste económico. No saben, no contestan, como si nunca hubieran roto un plato. Sólo piensan en regresar a sus despachos, aumentar sus ingresos, poder pagar el alquiler de su sede, seguir como hasta ahora, los demás que se hundan.

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