Pagar impuestos

Los mensajes de que el Gobierno se forra con los impuestos son desafortunados y falsos

En plena campaña de la renta, millones de personas estamos inmersos en el pago de nuestros impuestos. Cada año por estas fechas hacemos cuentas y acudimos a Hacienda para cumplir con nuestra obligación de ciudadanía.

Me preocupa la sensación de que cada vez sea más impopular pagar impuestos y contribuir así al sostenimiento solidario de nuestro Estado de Bienestar. Los mensajes de que el Gobierno se forra con los impuestos son desafortunados y, sobre todo, falsos.

Contribuyen a incrementar el desprecio hacía una función del Estado que ha permitido en los últimos decenios construir un bienestar que (aunque siempre necesitado de reformas) ha servido para hacernos más iguales.

Los impuestos dan soporte a nuestra sanidad pública universal, a nuestra educación pública desde la infancia hasta la universidad o a nuestra oferta de servicios sociales que atiende necesidades muy apremiantes de millones de familias que no podrían salir adelante sin sus prestaciones. A todo ello se suman las políticas de seguridad (ejército, policía, guardia civil) o las derivadas de la administración de la justicia. También las políticas culturales, las políticas relativas a transporte público y comunicaciones y un largo etcétera.

Que se puede gestionar mejor el enorme volumen de recursos que el conjunto de las administraciones tienen a sus disposición es cierto siempre, porque siempre hay un margen de mejora en todo. Pero todas las fuerzas políticas gobiernan y han gobernado en todas las instituciones públicas de España y es de esperar debates para mejorar la gestión en lugar de aquellos debates destinados a desacreditar el pago de impuestos.

También hay que trabajar seriamente para reformar y mejorar el sistema impositivo para asegurar que sea justo y progresivo, pagando más quien más tiene, y para erradicar el fraude allí donde se produzca. Todo ello junto a una constante estrategia de información y de educación que refuerce el conocimiento y el aprecio por los servicios que el Estado ofrece dada su aportación a la igualdad y a la cohesión social, gracias a los impuestos. Una tarea que nos conviene desarrollar.

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