Finalmente al Granada CF también le tocó pasar por el aro de aplicar un ERTE en el club. Como a casi todos los de la Liga. Como en casi todos los trabajos. Una regulación temporal de empleo limitada, que no afectará a todos los empleados, y que percibirán todo su salario por cuenta de la entidad. Los jugadores también se bajan el sueldo aunque de forma no tan alta como se esperaba: un 19% en caso de que se suspenda la Liga y de un 1% en caso de que se juegue a puerta cerrada. Eso añadiéndole que se reembolsará la parte equivalente de los carnés a los abonados si se juega a puerta cerrada. Evidentemente el club entrará en pérdidas, pero llama la atención ese único 1% de merma salarial en la plantilla si se juega lo que queda de campeonato. Habla a las claras de que para el fútbol la televisión lo es todo. Prácticamente el Granada ha venido a ilustrar qué pierden los clubes jugando que sin jugar. Y aun así da para devolver parte del dinero invertido por los abonados. Está muy claro el mensaje: el fútbol puede vivir sin gente en las gradas mientras que haya quien lo vea (y lo pague) por la tele. Por si no estaba claro.

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