Crónica personal

Pilar Cernuda

Pan y fútbol

LA arriba firmante no tiene idea de fútbol, ni siquiera sabía hasta hace veinticuatro horas en qué equipo inglés jugaba Cristiano Ronaldo, aunque estaba al tanto de que era un equipo de por allí, de donde Gordon Brown intenta no ahogarse en el barullo político. Pero esta periodista, sin saber nada de fútbol, sí es capaz de seguir con pasión la polémica que ha provocado el fichaje del famoso portugués para que pase a formar parte del Real Madrid de Florentino Pérez, un importante empresario al que sí trató durante su breve paso por la política.

Lo primero que se discute es si estamos ante un caso de inmoralidad, al contraponer el desorbitado precio de 94 millones de euros al sufrimiento de los cuatro millones de parados. Sinceramente, eso es juntar churras con merinas, como se dice vulgarmente. La tragedia de los parados no se suaviza, ni mucho menos se soluciona, paralizando una operación deportiva de tanta envergadura que es la primera vez que todos los medios de comunicación del mundo sin excepción han abierto sus páginas y cabeceras informativas con el fichaje, por la fama de su protagonista y porque estamos hablando de un equipo conocido en todo el planeta. No es a Florentino Pérez a quien hay que recordarle la cifra de parados, sino al presidente de Gobierno, incapaz de tomar medidas que creen empleo.

El fichaje de Cristiano Ronaldo es otra cosa, es un negocio. Dicen los que saben que desde ya, desde el anuncio de la compra del jugador, el Real Madrid ha recuperado ya la inversión hecha. ¿Que hay que analizarlo en clave deportiva también? Por supuesto, el debate se centra ahora en si Ronaldo se adaptará o no al equipo, si mejor cantera que galácticos, si es más importante el grupo que las individualidades .... hasta el más profano y el más desinteresado en fútbol se encuentra imposibilitado de mantenerse al margen de la polémica, le obligan a pronunciarse incluso aunque se declare analfabeto en cuestiones futboleras. Que estos días son las únicas que aparentemente importan.

Pero precisamente desde la ignorancia es desde donde se ven las cosas con cierta perspectiva. Al señor Pérez, don Florentino, le importa el equipo que preside. Para un equipo es tan importante la suma de títulos como las cuentas saneadas y, por lo que cuentan los expertos, invertir en determinados jugadores es más seguro que fichar al equipo de Bill Gates para que trabaje en un nuevo programa de internet. Si además el futbolista fichado, o los futbolistas fichados, meten goles, pues eso debe ser ya la locura. Así que se comprende regular el debate futbolístico, el sí o no a Ronaldo, Kaká o lo que venga. Pasemos al plano político. ¿Es que un partido habría renunciado a fichar a Obama, por ejemplo, para cabeza de lista de las europeas si fuera posible y estuviera en su mano?

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