Extramuros

José Antonio / Montilla

El Parque de las Ciencias

EL Parque de las Ciencias está de moda. No hace falta que lo digan las estadísticas oficiales, basta comprobar el ambiente que reina los fines de semanas por allí. Incluso fuera de Granada es habitual que amigos o colegas te pregunten por ese museo de Granada en el que todo se puede tocar. Es el resultado de un trabajo bien hecho. El equipo que dirige Ernesto Páramo lleva muchos años derrochando esfuerzo, conocimientos e imaginación y, con el apoyo de los poderes públicos, han conseguido, ampliación tras ampliación, convertir un centro de diversión científica con buenas exposiciones para visitar en una mañana de domingo en el gran Parque de las Ciencias de Andalucía.

Pero el éxito del Parque tiene más lecturas. Hace unos días, el antiguo alcalde de Granada, Antonio Jara, recibía el nombramiento de hijo adoptivo de la provincia que le había concedido la Diputación. En su reivindicativo discurso defendió de forma vehemente una Granada que huya del localismo, de encerrarse en sí misma, y quiera convertirse en el motor de Andalucía. El presidente Chaves vino a decir en su respuesta que le había sorprendido escuchar ese discurso en Granada. Y, efectivamente, es así. Ese tipo de mensaje suena extraño aquí. Estamos más acostumbrados a la visión autárquica, al victimismo frente al maltrato sevillano y a sostener que si no crecemos es porque los demás nos lo impiden. En definitiva, una cómoda forma de tranquilizar las conciencias buscando alguien a quien achacar la atonía económica o el desorbitado índice de paro.

El Parque de las Ciencias, al igual que el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud o la propia Alhambra, simbolizan el camino alternativo a ese victimismo resignado. Son llamadas vigorosas a superar la querencia por el aislamiento de quien nunca se considera suficientemente valorado para avanzar sin complejos como pieza importante de una comunidad política más amplia y con gran potencial de crecimiento, crisis mediante. La alternativa al llanto de Boabdil es el andalucismo estratégico que nos convierta en referente para la Comunidad Autónoma en cada vez más sectores. Las riadas de turismo familiar que cada fin de semana llenan las amplias salas del Parque, llegadas desde de todas partes para visitar el Parque de las Ciencias de Andalucía, ubicado en Granada, nos recuerdan que el futuro de esta tierra no está en el ensimismamiento en un pasado que no volverá ni en la queja continua sino en liderar el desarrollo económico, social y cultural de Andalucía. Lo apuntaba la semana pasada un antiguo alcalde acostumbrado a levantar la cabeza para mirar lejos, ahora que en esta ciudad se mira tan en corto.

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