La esquina

josé / aguilar

Paso atrás para coger impulso

ME equivoqué, en efecto, como deseaba: los movimientos e iniciativas en el seno del PSOE (voto de los militantes, compatibilidad de la Junta y la Secretaría General, postergación de las primarias) apuntaban a que Susana Díaz ya había adoptado la decisión de aspirar al liderazgo socialista. Decidió lo contrario. Peor para el PSOE, mejor para Andalucía, mucho mejor para ella.

El PSOE pierde a corto plazo su valor más sólido, pero sólo aparentemente. En realidad será el PSOE andaluz -es decir, Susana Díaz- quien decida, en buena medida, la identidad del nuevo secretario general de un partido próximo al estado de calamidad. Su poder permanece intacto en este sentido. Únicamente un hecho habría evitado su renuncia: un congreso de aclamación (a ella), sin alternativas, plebiscitario. No se ha producido. Madina no se ha dejado disuadir.

Devaluada, pues, la presión de referentes históricos y barones territoriales y desactivado el patriotismo de partido como impulso decisivo, ha recuperado protagonismo el compromiso institucional de Susana. El valor de la palabra dada ante ocho millones y medio de andaluces convertidos en su prioridad. La presidenta no ha pasado aún por las urnas. Tenía muy difícil explicar la búsqueda de un sustituto, siendo ella misma sustituta de un presidente (Griñán) que ya había sustituido a otro (Chaves). ¿Quién iba a entender que el PSOE utilizara otra vez a Andalucía para resolver sus problemas internos?

Luego está su ambición personal, legítima e ilimitada, de llegar a lo más alto. Parece que se frustra. Sólo lo parece. Como he dicho en otras ocasiones, una ambición que no se gestiona inteligentemente suele conducir al fracaso. Queda al descubierto si se despliega a destiempo. Probablemente es lo que habría ocurrido si Díaz se presenta ahora, se echa a la espalda la reconstrucción de un partido semiderruido y lidera una candidatura electoral destinada a no ganar. Con el agravante de poner en riesgo Andalucía. Perder el granero, prácticamente la única reserva, la sola garantía medio qué de remontada. Los trenes no tienen por qué pasar una sola vez. Todavía no ha cumplido 40 años. Rajoy ya cumplió 59.

De modo que, para el mundo exterior, Susana ha optado por Andalucía, y para su mundo íntimo, no ha abdicado un ápice de su ambición. La ha administrado con inteligencia. Eligiendo Andalucía se eligió a sí misma. Un paso atrás para tomar impulso.

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