Crónica Personal

Patriotismo y patrioterismo

Abascal puede presentar un programa que permita pensar que Vox es algo más que un partido populista y patriotero

Hoy Vox tiene la oportunidad de demostrar que es un partido serio, que defiende desde el primero hasta el último artículo de la Constitución y que es patriota en el mejor sentido de la palabra, alejado de lo que desgraciadamente hacen gala algunos miembros destacados del partido: patrioterismo. Patrioterismo que se da con frecuencia en los populismos, de extrema derecha y de extrema izquierda, hasta el punto de que se cae en el ridículo.

Ese es el mayor defecto de Vox, la exclusión sistemática de todo lo que es ajeno a sus siglas, presentarse como los únicos defensores de España y de lo español, los únicos que defienden su himno y su bandera. Himno y bandera que con frecuencia no son los españoles, sino los que sonaban y se enarbolaban en la dictadura.

Hay patriotas en los partidos ajenos a Vox, aunque sufrimos hoy en España las consecuencias de contar con un Gobierno que se alía con fuerzas políticas inconstitucionales, que han apoyado el terrorismo para tratar de alcanzar sus objetivos o que pretenden independizarse de España. Pero si Vox quiere ser patriota riguroso lo primero que debe hacer es aceptar el resultado de las urnas, como hacen multitud de españoles de izquierda y derecha que lo aceptan aunque les reviente la alianza que nos gobierna. Esa alianza nefasta se combate sólo y exclusivamente con las urnas, y lo que debe hacer cualquier partido democrático es sentar las bases para que su proyecto sea convincente, bien construido e ilusionante, para captar posibles votantes.

En Vox se observan modos de hacer política que producen rechazo. Algunos de sus dirigentes pretenden dar lecciones de una españolidad mal entendida, pecan de demagogia, y la dirección no hace callar voces que son hirientes por mendaces y amenazantes, que quieren romper con un modelo de Estado que se configuró gracias al trabajo de políticos que buscaron lo que unía a los españoles.

Se equivocaría Abascal si mañana, aparte de lanzar a la arena a Garrigós para tratar de dar el sorpasso al PP en Cataluña, no se presentara como un dirigente con un programa que va más allá de la descalificación al Gobierno, al PP, al Estado autonómico, a la emigración y a todo aquello que ha convertido en sus banderas. Vox no puede plantear la moción de censura como un ataque sin cuartel al Gobierno, entre otras razones porque sonaría a déjà vu, y además ni Sánchez ni Iglesias sienten sonrojo ante cualquier acusación que les llegue. Si Abascal quiere que la moción no sea un fracaso total puede presentar un programa alternativo que permita pensar que, aunque pierda la moción, Vox es algo más que un partido populista y patriotero.

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