Peña partida

Como consecuencia de ejercer el poder destructivo, Ciudadanos es ahora un movimiento detenido, una peña partida

Una peña es un monte en el que abundan las piedras grandes. Por un capricho de la lengua, una peña es también un grupo de gente unida por una actividad. A las movilizaciones del 15-M acudió mucha peña, y sus grupos bien podrían haberse llamado "peñas" si la palabra no la hubieran acaparado antes los aficionados al deporte o las quinielas. Pero se quería evitar la palabra "partido" (que se asociaba, no sin razón, con la corrupción y la ineficacia) y se prefirió "movimiento", a pesar del precedente del Movimiento Nacional. Así, cuando Ciudadanos quiso expandirse fuera de Cataluña se presentó como un "movimiento ciudadano". Documentos de ese Movimiento Ciudadano lo describían como "el 15-M de las clases medias", olvidando que había mucha clase media entre la peña del 15-M. Por su parte, Podemos, el partido que más claramente quiso recoger la herencia del 15M, se ha retratado frecuentemente como un partido-movimiento y ha soportado las tensiones propias de esa condición.

Los dos partidos mencionados presentan obvias diferencias y un elemento común: las fuerzas centrífugas que los han puesto a prueba tras una llamativa capacidad inicial para integrar personas y corrientes diversas. Los dos partidos ilustraron al principio lo que K. Boulding llamó "poder integrador". En su clásica taxonomía del poder en función de sus consecuencias, el poder integrador era una forma de poder productivo, y este se oponía al poder destructivo. Cuando el poder destructivo se impuso al integrador en Podemos, se produjo una diáspora de individuos y corrientes que ha tenido su último episodio en la incapacidad de la izquierda para presentar una candidatura conjunta en las elecciones madrileñas. Pero últimamente ha sido Ciudadanos el que más ha destacado en el ejercicio del poder destructivo. Como consecuencia, Cs es ahora un movimiento detenido, una peña partida.

El paraje conocido como Peña Partida, entre la Alhambra y Torres Bermejas, alberga numerosas cavidades excavadas por los nazaríes para utilizarlas como silos. Estos fueron un fruto del poder productivo. Sin embargo, al tiempo que el reino nazarí se desintegraba entre luchas internas y externas, esas cavidades acabaron empleándose como prisiones. El ejercicio destructivo del poder se impuso en Granada, igual que predomina entre los partidos españoles, viejos y nuevos, para desgracia de estos y del país. Los partidos y las sociedades desintegradas atraen la desventura. Las tropas que entraron en la Alhambra el 2 de enero de 1492 para liquidar el reino ocuparon primero la Peña Partida.

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