el as en la manga

Ángel Esteban / Aesteban@ugr.es

Pensar en África

NADIE está mejor en otro sitio que en su casa, eso es una regla universal. A los españoles nos cuesta emigrar, y no lo hacemos si no es absolutamente necesario. Generalmente, el que se va a otro país lo hace porque las circunstancias le empujan, y no por snobismo. Y si, además, en el país de acogida, lo que experimenta es cualquier cosa menos una acogida, peor. Pienso ahora en todos los africanos que se juegan la vida en el Estrecho, y no por ganas de molestar a nadie, sino de sobrevivir. Quizá, lo ideal sería que no tuvieran que marcharse de sus países. Algo así ha sugerido Zapatero en la última reunión de Lisboa. Pero para ello, los europeos tenemos que hacer lo contrario de lo que hemos hecho cuando se nos acabó el "chollo" americano: invadimos África porque era lo más cercano que nos quedaba por expoliar. Y ahora nos quejamos porque los que nadan en nada "nos invaden".

Por eso, me atraen con fuerza los movimientos de solidaridad con África. No sólo son una manera de generar vida habitable en ese continente, sino también de demostrar que no todo el mundo capitalista está podrido, que hay gente que piensa en el otro. Estoy seguro que los involucrados en ONGs pro-África no piensan que ayudarlos es una buena manera de "quitárselos de encima y que no vengan". Eso, probablemente, lo piensan quienes no salen de sus casas porque nada se les ha perdido fuera de su pereza burguesa.

Hace unos días tuvo lugar en Granada la Gala de la Solidaridad, organizada por Compromisol, y el día siguiente fue el día internacional del Voluntariado. Es una lástima que la presencia de Estrella Morente y otras personalidades del entorno granadino no fueran suficientes para dar a esa actividad la importancia y la repercusión que merecen. La prensa de esos días era casi toda para las elecciones a rector. Pero no hay problema, Compromisol va a seguir actuando, porque África está ahí, necesitada, todos los días, y los rectores se eligen sólo cada cuatro años. De momento, está en marcha la construcción de un Centro Médico y Social en Walé, Costa de Marfil, y a esta actuación concreta, que va a beneficiar a decenas de miles de personas y dar trabajo a cientos de ellas, seguirán muchas más, sobre todo si hay personas que se comprometen y echan una mano. La solidaridad tiene nombres y apellidos, y somos nosotros, los de aquí, con nuestros nombres y apellidos, los que tenemos que colaborar, con nuestra dedicación y nuestro dinero a que los de allí, con sus nombres y apellidos, adquieran una mejor calidad de vida.

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