EL reciente hachazo a la hucha de las pensiones nos tiene escandalizados a la mayoría. Aunque siempre habrá quien no se sienta afectado. Muy poco ha tardado el PP en destaparnos de nuevo el tarro de sus esencias. Con nocturnidad y alevosía, como acostumbran, lo han hecho: la hucha de las pensiones se abre porque sí, una vez más de un día para otro, sin debate alguno, para arrancarle otros 8.700 millones. De 66.815 que tenía cuando llegó Rajoy al Gobierno quedan ahora 25.176. Cuando se acaben dirán que el sistema es insostenible y que hay que optar por los planes de pensiones privados (pero nadie dice que el PP vaya contra un 'sistema', el nuestro hasta hace poco, que se está cargando de manera 'sistemática'). Porque ellos sí pueden, sí señor: con nuestros votos.

España es un país sociológicamente de derechas. Esto viene desde muy lejos y más cercanamente desde el franquismo. España es un país donde reina la incultura, la fe del carbonero, decía Antonio Machado. No se puede explicar el voto de tantos trabajadores al PP, al partido más corrupto y que más ha dañado sus intereses, si no es desde ese abandonarse al juicio egoísta y 'sensato' de los que nos dominan. El poder tiene imán.

Ya han pasado las elecciones, así que los políticos de nuestros dos partidos hegemónicos volverán a sus cosas: en el orden económico, básico para el bienestar general, a administrar como puedan lo que les dejan los controladores de arriba. Aunque en la superestructura, el PSOE tenga un traje mucho más de izquierdas, atractivo y necesario. Por último, uno y otro sabrán luchar ante todo por el bien de su Partido, sin olvidar el personal (y no siempre por ese orden).

Creo que, tras los cuatro años del PP, ha surgido un gran esfuerzo desde la izquierda para cambiar un paso que nos va llevando sin pausa a la pérdida de los derechos sociales adquiridos. Con errores, naturalmente, pero nada que no se pudiera aclarar hablando. Tal vez el PSOE no quiera ver que para un cambio verdadero, quizá necesite ayuda. Tal vez Podemos no ha sabido ser del todo amigo. Solo se trata de lograr imponer una socialdemocracia real que pare los pies al neoliberalismo que nos ahoga.

Es una pena y un desastre para el pueblo que siga gobernando el PP. La ocasión perdida ha sido histórica. Esto estaba escrito por ese poder que reina en la sombra, el que ha orquestado la campaña mediática y sucia contra lo nuevo. Ese poder que tiene imán.