La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Perdiendo el norte... Y la vergüenza

¿La Ley de Memoria Democrática se ocupará de los 379 asesinatos de ETA sin resolver?

El Gobierno salva la Ley de Memoria Democrática gracias al apoyo de Bildu. Esto es lo que en retórica se llama un oxímoron: combinación, en una misma frase, de dos palabras de significado opuesto que originan un nuevo sentido. En este caso el nuevo sentido es desvergüenza, sinvergonzonería o indignidad. Bildu, cogiendo a Sánchez y la caricatura del PSOE en que ha convertido a su partido por donde ya se sabe, ha logrado meter cinco medidas en esta ley. Entre ellas, el reconocimiento de las víctimas de torturas policiales en el marco de la lucha contra ETA y que las investigaciones sobre los crímenes franquistas lleguen hasta 1983, abarcando la primera etapa democrática bajo gobiernos de UCD y el PSOE. Según Bildu, esto permitirá "abrir vías de reconocimiento y reparación a víctimas de vulneraciones de derechos humanos ocurridos más allá de 1978, en el postfranquismo; víctimas todas ellas abandonadas y olvidadas por las instituciones hasta ahora". Lo que incluye el inicio de la actuación de los GAL bajo Felipe González (si el GAL siguió actuando hasta 1987, ¿por qué la investigación solo llega hasta el 83?, ¿es un aviso de cómo gestionarán Sánchez y el PSOE esta patata caliente y sangrienta?).

Pero lo más importante -puestos a abrir vías de reconocimiento y reparación a las víctimas olvidadas por las instituciones de crímenes cometidos hasta 1983- es saber si se investigarán los 379 asesinatos de ETA sin resolver siguiendo la reciente recomendación del Parlamento Europeo de calificarlos como crímenes contra la humanidad, lo que los convierte en no prescritos. Saber si se investigará, resaltará e introducirá en los manuales escolares cómo, entre las primeras elecciones libres de 1977, la aprobación de la Constitución en 1978, las elecciones constitucionales de 1979 y el año término de 1983 impuesto por Bildu, ETA asesinó a 369 personas. Y, cuestión fundamental para la memoria democrática, cómo estos asesinatos buscaban acabar con la naciente democracia con mucha mayor letal eficacia que la extrema derecha terrorista.

Son preguntas retóricas, claro. Bildu es heredera de lo que es, blanquea lo que blanquea y el PSOE se ha hecho cómplice de ella. "Con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo 5 veces o 20 durante la entrevista. Con Bildu no vamos a pactar" dijo Sánchez en 2015. "Con Bildu no se acuerda nada", repitió en 2019. Fiable que es el hombre.

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