Público y privado

maría Escudero

Pintadas y más pintadas

SE ha pasado la Semana Santa que ha sido un éxito turístico, tal como ha confirmado el sector, la meteorología ha ayudado al lucimiento de las procesiones y las calles granadinas han sido un hervidero de gentes vecinas y visitantes. No es que quiera ser aguafiestas pero era, como lo es habitualmente, un comentario unánime la suciedad de la ciudad, sí, suciedad de las aceras y las calles pero, sobre todo de las pintadas vandálicas en todos los edificios de todas las calles de la ciudad. No me refiero a aquellas que tienen intencionalidad artística, a las que considero objeto de otro tratamiento, sino a las que se hacen con la exclusiva intención de ensuciar.

Granada desgraciadamente es famosa por sus pintadas, porque aunque es un fenómeno que afecta a todas las ciudades, en la nuestra es más grave en cantidad y "calidad". Cualquier ciudad que visitemos sufre esta agresión urbana pero la intensidad con que se produce en Granada es extraordinaria y seguramente tiene que ver con la dejadez del Ayuntamiento en este tema.

Ya hace tiempo que desde la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía se tomaron medidas en colaboración con diferentes instituciones implicadas para luchar contra el grafito vandálico en los edificios históricos y sometidos a protección patrimonial, una acción decidida y continuada que está dando sus frutos. Sin embargo casas, plazas, edificaciones públicas y privadas soportan sobre sus paredes desde hace años las agresiones de gamberros sin que se haga absolutamente nada para remediarlo. El Gobierno municipal ha acometido diferentes actuaciones puntuales en zonas determinadas, sin continuidad y sin un planteamiento global que incida en todos los agentes implicados en este fenómeno. Propuestas en este sentido han sido presentadas por el Grupo Municipal Socialista y rechazadas por el PP.

Hace aproximadamente un año que el concejal de Medio Ambiente anunció un plan contra las pintadas del que dijo habría que "esperar a 2014" para ver sus efectos, hasta ahora los resultados son nulos por no decir que la situación ha empeorado, basta con darse un paseo por cualquier lugar de nuestra ciudad.

Acometer un plan para la erradicación de las pintadas no es tarea fácil, requiere de comprometer a todos los sectores: jóvenes, vecinos, comerciantes, hosteleros, asociaciones vecinales, policía local, y tomar medidas preventivas y de sensibilización; pero sobre todo es imprescindible y urgente limpiar los paramentos verticales de la ciudad de Granada, algunos de los cuales llevan decenas de años ensuciando las paredes.

El fracaso del PP en esta materia es el resultado de su inoperancia y desidia y, sobre todo, de su incapacidad para trabajar de forma coordinada con la ciudadanía a la que hay que implicar en la concienciación de un problema que causa graves perjuicios.

No es pedir imposibles, hay modelos de intervención, conocemos ciudades donde se hacen intentos y se está reduciendo el impacto de esta plaga, es necesario y urgente intervenir, hacer algo y hacerlo ya, porque es una auténtica invasión. Pintadas, pintadas y más pintadas.

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