HABLAR de planes de pensiones privados como alternativa al retiro de la Seguridad Social en plena crisis económica, con más de cuatro millones de parados y con un déficit que pone en peligro el sistema de jubilación público es cuando menos inoportuno. Está meridianamente claro que los ahorros personales son la mejor garantía para asegurarse el bienestar. Pero aunque la suscripción de planes de pensiones (anunciada como un atractivo a la hora de ahorrar en la declaración de Hacienda) ha crecido entre la clase media la jubilación a cargo del sistema público de pensiones sigue siendo una aspiración irrenunciable como corolario de una vida laboral. Según los datos publicados por nuestro periódico, sólo el 17% de los granadinos puede permitirse el lujo de suscribir un plan privado. Ni los mileuristas ni los que han visto abruptamente interrumpida su vida laboral a causa del desempleo pueden formar parte de esa élite. De hecho, hay 300.000 granadinos que cobran menos de mil euros. El sistema público sigue siendo la opción primera.