Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Pobres incautos

Creer en las promesas y las palabras de los políticos es, salvo excepciones, la forma directa de la decepción

He comentado, en mi dilatada carrera profesional, que las promesas y palabras de los políticos han acabado decepcionando a los ciudadanos que creyeron en ellas. Los que luchamos por instaurar la democracia hemos podido constatar que todos hemos sido pobres incautos cuando hemos apoyado relevos, promesas, ideas diversas, bases de la democracia. He sido crítico con el poder, a veces una forma de corrupción. Hemos votado a aquellos más próximos a nuestras ideas. Pero, al fin, los comentaristas terminamos criticando a los mandatarios -Suárez, Calvo Sotelo, González, Aznar, Zapatero, Rajoy-, porque ninguno cumplieron con las expectativas creadas. Han acabado desilusionando porque han basado sus programas sobre una espiral de mentiras o de medias verdades, amén de la abominable utilización del poder, en muchos casos, para enriquecerse o manejar ilegítimamente los caudales públicos.

Le toca ahora el turno de embaucador a Pedro Sánchez que ha aprovechado la unanimidad de echar a Rajoy del poder -justificado por las innumerables corrupciones del PP-, en una alianza innatural para erigirse en nuevo mandatario, aunque fuese con los apoyos irreverentes de independentistas y nacionalistas que están en las antípodas de las bases del Partido Socialista Obrero Español. Los que han salido beneficiados del relevo han sido los separatistas. El Gobierno catalán ya ha tomado la administración de sus recursos y anuncia reabrir las 'embajadas', como parte de su irrenunciable república.

Cuando uno defiende la transparencia tiene que admitir, como ha ocurrido con la dimisión de su ministro de Cultura, Màxim Huerta 'el breve' -que otros han descalificado, pero que me abstengo de hacerlo porque desconozco sus libros, no he visto sus actuaciones en los programas de Ana Rosa y ni siquiera he tenido constancia de su pasión por la cultura o el deporte-, que en la cercanía puede haber personas que, en algún momento, han incumplido las leyes, como ocurre en los dilatados juicios del Caso ERE, en los dirigentes andaluces. Y, por lo tanto, hay que elegir con cuidado para evitar que la 'jauría' que ha dicho Huerta se lance en su derribo -la misma, en todo caso, que se ha azuzado contra otros- y prometer lo menos posible, para no caer en renuncias. Quizá, por eso, no conozcamos aún el programa de Sánchez.

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