La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¿Dónde estaba Podemos?

Lo que la unidad de ayer reclamaba era el derecho a la diferencia y la discrepancia

Es lo deseable y necesario que los demócratas se tiren los trastos a la cabeza y discrepen con todas las armas ideológicas y verbales a su alcance. Es lo deseable y necesario que quienes ofrecen proyectos y programas distintos para solucionar los mismos problemas se enfrenten electoralmente, y que los ciudadanos a quienes esos problemas afectan voten ideológica o pragmáticamente a quienes crean que pueden resolverlos. Democracia es discrepancia y totalitarismo es unidad sin fisuras. Lo de "prietas las filas" está muy bien para el Frente de Juventudes falangista, pero no para la democracia, que establece el marco legítimo para la discrepancia y la resolución de los conflictos.

Sólo cuando este marco es atacado, como en estos días lo ha sido la Constitución, los necesaria y legítimamente discrepantes se deben unir sin renunciar a sus diferencias frente a quienes quieren romper lo que les permite ser diferentes, discrepar, disentir, enfrentarse cívica y democráticamente. Que en la manifestación de ayer -¡por fin!- fueran juntos políticos del PP, Ciudadanos y el PSC, y que intervinieran el socialista Borell, el popular Piqué o el comunista Frutos no significa que todos piensen, crean o sientan lo mismo, sino justo lo contrario: quieren que el marco constitucional les permita seguir ofreciendo alternativas distintas y las más de las veces airadamente enfrentadas. Lo que la unidad de ayer reclamaba era el derecho a la diferencia y la discrepancia. Todos distintos en sus propuestas, todos iguales en la defensa de la Constitución, la democracia y la unidad de España.

Los ataques a la libertad unen a los diferentes y a los opuestos en nombre de los principios constitucionales y democráticos que comparten y defienden. El ilustrado y afrancesado Goya acabó en el mismo bando que el absolutista cura Merino como respuesta a la barbarie napoleónica (y los dos -¡qué cosa tan española!- terminaron sus días exiliados en Francia: Goya huyendo de la restauración absolutista tras el trienio liberal y Merino, carlista, por oponerse al abrazo de Vergara). Sólo quienes no comparten estos principios son incapaces de unirse a los demócratas constitucionalistas. ¿Dónde estaba ayer Podemos, dónde estaba Colau? "¿Qué hace esta izquierda que no está aquí -se peguntaba en su intervención Paco Frutos, ex secretario general del PCE- como sí lo está la izquierda real?".

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